El organismo señala que la cantidad de obligaciones que vence en los próximos tres años es “considerable” y “aumentará significativamente las presiones financieras”.
Por El País
La enorme bola de deuda que los países han acumulado en los últimos años seguirá causando dolores de cabeza. La OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) estima que la ratio de pasivo sobre el PIB en el conjunto del bloque no bajará este año, al contrario, subirá ligeramente del 83% al 84%.
Aunque el incremento no sea muy marcado, hay enorme diferencias entre países, con repuntes de hasta tres puntos en EE UU y descensos de más de uno en Japón, Portugal o España, que pese a tener una deuda elevada, del 107,7% del PIB en 2023, no sale en la instantánea entre las economías peor paradas. El organismo también prevé que las subidas de tipos pasarán factura, con un aumento de los pagos por intereses, y que las emisiones de deuda soberana marcarán un nuevo máximo debido a los vencimientos que se producen este año.
Estas conclusiones están desglosadas en el Global Debt Report 2024 que el organismo ha publicado este jueves, y que es el primer informe anual que elabora sobre las deudas soberana y corporativa de los socios del club. En ello dibuja la trayectoria que han tenido los pasivos de Estados y empresas desde 2008 hasta hoy, un periodo en el que la economía ha vivido distintas etapas de estrés y las políticas monetarias han dado giros de 180 grados.
A finales de 2023, la deuda pública del bloque ascendía a 54 billones de dólares (50 billones de euros), casi duplicando la cifra de 2008 —30 millones más—. La institución prevé que en 2024 siga creciendo y alcance los 56 billones, un importe en el que EE UU tendrá un peso específico importante: acapara cerca la mitad del total, el doble que hace tres lustros. La deuda corporativa, por su parte, creció de 21 a 34 billones de dólares en el mismo periodo. Más del 60% de este aumento lo acaparan las entidades no financieras. En conjunto, las deudas soberana y empresarial acumulan unos 100 billones.
La llegada de la pandemia en 2020 impulsó políticas monetarias aún más expansivas de las que ya estaban en vigor, con tipos en mínimos y compras masivas de deuda: la emisión de bonos soberanos en el área de la OCDE alcanzó un máximo de 15,4 billones de dólares y las corporativas los 6,9 billones. El repentino cambio de rumbo provocado por el aumento de la inflación ha sin embargo moderado estas tendencias.
El lado positivo es que muchos gobiernos y empresas ya se habían asegurado condiciones de financiación favorables, por ejemplo ampliando vencimientos de la deuda, lo que les está permitiendo aplazar el impacto a corto plazo de la subida de tipos. Sin embargo, la cantidad de obligaciones que vence en los próximos tres años es “considerable” y “aumentará significativamente las presiones financieras, especialmente en las economías emergentes”, alerta el informe. La presión sobre los futuros pagos de intereses está vinculado sobre todo a los nuevos préstamos y a la refinanciación de la deuda a tipo fijo, que según el organismo elevará la factura en un 0,5% en las economías del bloque en 2026.
El endeudamiento bruto soberano —nuevas emisiones más vencimientos—, por otra parte, alcanzará “un máximo histórico” en 2024 en la zona OCDE, por encima de los niveles pandémicos. De los 12,1 billones de dólares de 2022 pasó a 14,1 billones el ejercicio pasado y se prevé que alcance los 15,8 billones este 2024, un aumento de casi el 45% en términos reales con respecto a 2019. El grueso del incremento viene de las refinanciaciones, que se situarán en 12,6 billones frente a los 7 anuales de media antes de la pandemia.
El coste de los nuevos préstamos creció del 1% en 2021 al 4% en 2023, mientras que los gastos por intereses aumentaron del 2,3% al 2,9% del PIB durante el mismo período.
La deuda global sumó 15 billones de dólares más el año pasado y alcanzó un récord de 313 billones. Cerca de la mitad del aumento le corresponde a las economías avanzadas, en particular modo a EE UU, Francia y Alemania, de acuerdo con el último Global Debt Monitor del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF). En los países emergentes, los principales responsables del repunte han sido China, India y Brasil.
Los gobiernos han experimentado los mayores incrementos en términos de volumen, seguidos por las empresas no financieras, que elevaron su pasivo hasta los 244 billones de dólares, muy por encima de los niveles precovid. La ratio de deuda sobre el PIB mundial, en cambio, disminuyó unos dos puntos porcentuales, pero sigue en niveles muy elevados: casi el 330%.