Tegucigalpa – La violencia contra las mujeres en Honduras continúa siendo una realidad devastadora en este inicio de 2025, con cuatro casos de feminicidios que han dejado una estela de dolor y orfandad en distintas regiones del país. El departamento de Olancho ha sido especialmente golpeado, registrando dos de los cuatro casos reportados.
El primer caso se registró el 2 de enero en Catacamas, Olancho, donde Angie Nicolle Rivera Galeano, de 20 años, fue asesinada por su pareja en el barrio San Sebastián. El mismo día, en Dulce Nombre de Culmí, también en Olancho, Leydi Santos fue ultimada a balazos.
La violencia continuó el 3 de enero con dos casos igualmente trágicos: en Choluteca, Dalila Iveth Reyes fue asesinada por su pareja, Arturo Díaz, quien posteriormente se quitó la vida.
En Choloma, Cortés, se descubrió el cuerpo desmembrado de una joven de aproximadamente 20 años, con signos evidentes de tortura, quien hasta el momento permanece sin identificar.
Mientras la Secretaría de Seguridad, a través de su portavoz Miguel Martínez Madrid, destaca una «reducción drástica» en las muertes violentas de mujeres —citando 178 vidas salvadas en Olancho y 183 a nivel nacional en comparación con 2023—, las organizaciones feministas reportan 270 muertes violentas de mujeres durante 2024.
Las autoridades atribuyen estos crímenes a factores como la baja educación, el consumo de alcohol y drogas, y el comportamiento machista. Sin embargo, las organizaciones feministas exigen medidas más contundentes, argumentando que ninguna mujer debería perder la vida por razón de su género. Demandan la implementación de políticas públicas con sanciones más severas para prevenir y castigar los feminicidios.
Este inicio de año sangriento pone de manifiesto la urgente necesidad de fortalecer las estrategias de prevención y protección para las mujeres hondureñas, más allá de las medidas de excepción parcial actualmente vigentes.
