Tegucigalpa – Una alarmante cifra de 1,700 muertes violentas ha sido registrada en el departamento de Olancho entre 2020 y septiembre de 2025, según reveló este sábado el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), evidenciando una profunda crisis de seguridad que persiste en la región más extensa del territorio hondureño.
El informe de la entidad defensora de derechos humanos detalla una tendencia escalada de violencia que alcanzó su punto más crítico en 2022, cuando se contabilizaron 355 homicidios.
La cronología muestra que en 2020 se registraron 270 muertes violentas, cifra que se incrementó a 341 en 2021, descendió a 310 en 2023, y continuó con aproximadamente 265 casos en 2024. Durante los primeros nueve meses de 2025, la región ya acumula alrededor de 170 víctimas fatales.
Entre las víctimas de esta ola de violencia figuran 177 mujeres, un dato que subraya la dimensión de género en la problemática de seguridad que aqueja al departamento, considerado uno de los territorios con los índices de homicidios más elevados del país.
Wendy Juárez, delegada departamental del Conadeh en Olancho, cuestionó la efectividad del estado de excepción que rige desde 2023 en varios municipios de la zona. Según la funcionaria, las medidas extraordinarias no han logrado contener las muertes violentas en ciudades clave como Catacamas y Juticalpa, principales centros urbanos del departamento.
El organismo de derechos humanos identificó la impunidad como el factor determinante que perpetúa el ciclo de violencia en Olancho. Según el análisis del Conadeh, los elevados niveles de impunidad incentivan la comisión de nuevos delitos contra la vida, afectando particularmente a personas en situación de vulnerabilidad.
Ante este panorama, el Conadeh emitió una recomendación formal a las autoridades de seguridad del país para que fortalezcan los mecanismos de investigación criminal en el departamento, con el objetivo de reducir la cantidad de crímenes que permanecen sin resolver y evitar que la impunidad continúe alimentando el fenómeno de violencia que azota a la región.




