La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió este viernes de que Etiopía está padeciendo “una de las crisis humanitarias más graves de su historia reciente, con millones de vidas en riesgo” debido al hambre que ha dejado varios conflictos y una sequía severa, y brotes de enfermedades.
“A medida que la situación continúa deteriorándose, se necesitan medidas urgentes para impedir más sufrimiento y la pérdida de vidas”, señaló la OMS en un comunicado.
Según el director general adjunto de esta institución de la ONU, Mike Ryan, la situación es “crítica” en regiones como Tigré, Amhara y Afar (norte de Etiopía), que soportaron una guerra que duró dos años, desde 2020 hasta 2022, cuando el Gobierno federal etíope y el Frente de Liberación Popular de Tigré (FPLT) firmaron la paz.
Allí, “el hambre generalizada, los brotes de enfermedades y la degradación de la infraestructura debido a los conflictos ha dejado a millones de personas sin acceso a servicios esenciales”, se lee en el documento de la OMS.
Además, el país se enfrenta al mayor brote de cólera de su historia, un aumento significativo de los casos de malaria y numerosas infecciones de sarampión, a menudo en zonas con acceso limitado a la atención médica.
Pese a que un acuerdo de paz puso punto final a la guerra entre Adís Abeba y el FPLT, más de 50.000 personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares en lo que va de mes en Tigré por una escalada de tensión en zonas disputadas con la autoridades de la vecina región de Amhara.
Asimismo, en Amhara lucha la milicia Fano desde mediados del año pasado, cuando el Ejecutivo federal decidió disolver las fuerzas paramilitares de las regiones del país e integrarlas en el Ejército o la Policía, y Adís Abeba ha declarado el estado de emergencia nacional.
Mientras, la región de Oromía es el campo de batalla del grupo rebelde Ejército de Liberación Oromo (OLA), que busca la autodeterminación del pueblo oromo.
La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estima que en Etiopía hay 21,4 millones de personas necesitadas de asistencia humanitaria, y, alrededor de 22,8 millones de personas, el 22,25 % de la población, tiene dificultades para comer lo que necesitan.