Tegucigalpa – Honduras da inicio a una audaz y determinante estrategia para recuperar el control y la gobernabilidad de sus centros penitenciarios. Bajo el nombre de «Operación Fe y Esperanza», las Fuerzas Armadas del país, a través de la Policía Nacional del Orden Público (PMOP), han emprendido acciones contundentes para enfrentar el desafío de la violencia y la delincuencia que impera en estas instalaciones.
Con un despliegue simultáneo en diferentes centros penitenciarios, la PMOP ha movilizado todas sus unidades, incluyendo equipos de inserción helicópteros, fuerzas de contención y requisa. El punto de partida de esta operación fue en las instalaciones de la Policía Militar en la capital, donde el personal se unió en una oración, buscando fortaleza en la fe mientras se preparaban para enfrentar esta delicada tarea.
El objetivo primordial de la «Operación Fe y Esperanza» es controlar y establecer el orden dentro de los centros penales, lo cual se ha convertido en una prioridad no negociable. El coronel Ramiro Muñoz, comandante de la PMOP, ha enfatizado en la importancia de una clasificación adecuada de los privados de libertad, para que cada uno sea ubicado en el lugar que le corresponda, arrebatando así la autoridad a los criminales.
La presidenta Xiomara Castro ha sido clara en su respaldo a esta operación, asegurando que los recursos necesarios para llevar a cabo los controles en los centros penitenciarios serán proporcionados. Además, se ha anunciado la construcción de una «megacárcel» en la Isla del Cisne, cumpliendo así con la orden de reforzar las medidas de seguridad y afrontar de manera eficiente la crisis carcelaria.
El Gobierno de Honduras ha compartido imágenes impactantes de los operativos de sometimiento y extracción de los privados de libertad en la cárcel de Támara, mostrando la determinación de restaurar el control en los centros penitenciarios. Estas acciones recuerdan a los operativos llevados a cabo en países vecinos, como El Salvador, donde se han logrado importantes avances en la lucha contra el crimen organizado.
Es importante resaltar que en todo momento se busca respetar los derechos humanos de los privados de libertad. Se ha establecido un enfoque basado en los acuerdos internacionales, garantizando un trato digno y humano hacia los reclusos durante el desarrollo de la operación.
La decisión de transferir el control de los centros penales a la PMOP fue tomada con base en la necesidad urgente de recuperar el orden y la dominancia en estas instalaciones, tras la trágica masacre ocurrida en la cárcel de mujeres de Támara. Esta operación busca no solo restablecer la seguridad en los centros penitenciarios, sino también enviar un mensaje claro de que el crimen organizado no encontrará refugio ni impunidad en Honduras.
La «Operación Fe y Esperanza» representa un paso decidido y valiente en la lucha contra la violencia y la delincuencia en Honduras. Es un llamado a la esperanza de un futuro más seguro y próspero, donde el Estado recupere el control y garantice la paz en los centros penales.