Tegucigalpa.- La crisis en el sistema de salud alcanzó un nuevo punto de tensión este viernes, cuando pacientes y enfermeras auxiliares se vieron obligados a tomar medidas drásticas para poder ingresar al centro de salud Alonso Suazo, en la capital.
Desde tempranas horas de la mañana, los pacientes que llegaban en busca de atención médica se encontraron con el portón principal del centro cerrado con candado, en una aparente medida para impedir el acceso en medio del conflicto que mantiene el gremio de enfermería con las autoridades de la Secretaría de Salud.
La situación escaló rápidamente. Ante la imposibilidad de entrar, un grupo de enfermeras auxiliares decidió saltar la verja perimetral del establecimiento para acceder a las instalaciones.
Una vez adentro, las propias enfermeras colaboraron con los pacientes que esperaban afuera para romper el candado y abrir a la fuerza el portón, permitiendo finalmente el ingreso de las personas que exigían ser atendidas.
Autoridades documentan los hechos
El jefe de la región metropolitana de salud del Distrito Central, Gilberto Ramírez, se refirió a la situación y confirmó el impacto de la protesta en ese centro asistencial.
«150 enfermeras auxiliares no han atendido pacientes en el centro de salud Alonso Suazo», manifestó Ramírez.
Además, adelantó que ya se están tomando medidas administrativas. «Estos hechos fueron documentados por el personal de Recursos Humanos y serán remitidos a las autoridades de la Secretaría de Salud», concluyó, dejando entrever que podrían aplicarse sanciones a las trabajadoras en paro.
El incidente en el Alonso Suazo es un reflejo de la creciente desesperación tanto de los pacientes, que se ven privados de servicios básicos, como del personal de salud en protesta, que continúa con sus medidas de presión.




