Tegucigalpa – El Congreso Nacional de Honduras inicia 2025 en medio de una crisis de funcionamiento que mantiene paralizados más de 1,800 proyectos de ley.
La diputada nacionalista María Antonieta Mejía denunció que la «incapacidad» en la dirección del Congreso y la falta de independencia frente al Ejecutivo han provocado unas «vacaciones prolongadas y obligatorias» en el órgano legislativo.
«La agenda legislativa solo responde al Poder Ejecutivo», criticó Mejía, señalando que existe una mora de 1,829 proyectos de ley presentados entre 2022 y 2024 que permanecen sin dictaminar. La legisladora cuestionó la necesidad de esperar «la venia» del Ejecutivo para que Luis Redondo, presidente del Legislativo, pueda reanudar las sesiones.
Por su parte, el diputado oficialista Jari Dixon Herrera responsabilizó a la oposición por el estancamiento, argumentando su negativa a aprobar el Presupuesto General 2025. Defendió específicamente la controversial partida de 500 millones de lempiras para comunicaciones asignada a la Secretaría de Planificación Estratégica, calificándola como una «acumulación» de fondos previamente dispersos.
La última sesión del Congreso, convocada el 23 de diciembre de 2024, no se realizó por falta de acuerdos sobre el presupuesto. Según Luz Angélica Smith, secretaria del Congreso Nacional, se espera normalizar las actividades la próxima semana, aunque todavía no hay una convocatoria oficial para reanudar las sesiones del pleno.
Este impasse legislativo refleja una profunda crisis institucional que amenaza con retrasar importantes iniciativas legislativas y profundizar las divisiones políticas en el país.