Mucha gente se siente atraída por los Alpes para relajarse y hacer deporte. Pero la región montañosa sufre por el turismo masivo y el cambio climático.
Por DW
En los Alpes no sólo tienen que hacer frente a la afluencia de personas, sino también a las consecuencias del cambio climático. «Se puede observar claramente que el calentamiento en la región alpina se produce con más rapidez que en la media mundial», afirma Steffen Reich, de la Asociación Alpina. Los periodos cálidos más prolongados y calurosos y la menor cantidad de nevadas provocan el derretimiento de los glaciares y el deshielo del permafrost. Se producen con mayor frecuencia tormentas que dejan laderas enteras sin árboles, y las fuertes lluvias causan erosión. Se estima que en el futuro habrá más desprendimientos de rocas y deslizamientos de tierra.
Sin embargo, prescindir de los visitantes no parece una opción, ya que el turismo es una de las principales fuentes de ingresos en los Alpes. A pesar de los problemas causados por elcambio climático, «los Alpes más bien ganarán atractivo entre los turistas», cree Reich, porque en el futuro seguirá haciendo más frío allí que en las zonas bajas.
Pero, para las regiones que se han beneficiado sobre todo delturismo de esquí, el cambio climático significa tener que adaptarse. Por ahora, la nieve artificial sustituye a la natural. Pero si las temperaturas apenas superan el punto de congelación, la producción de nieve ya no tiene sentido, máxime porque requiere mucha agua y energía. Además, el agua es cada vez más escasa en los Alpes.
La mitad de las zonas de esquí del mundo se halla en Los Alpes. «En el futuro, la gente ya no irá a esquiar durante siete días a los Alpes, sino que se irá de vacaciones de invierno a los Alpes y adaptará sus actividades a las condiciones locales», afirma Henriette Adolf, de la Comisión Internacional de Protección de los Alpes (CIPRA).
Senderismo en tiempos de cambio climático
El cambio climático no afecta sólo al turismo de esquí. Los expertos creen que el senderismo y el montañismo en los Alpes serán más arriesgados. Rolf Sägesser, del Club Alpino Suizo (SAC), cree que «las consecuencias del calentamiento global y los mayores riesgos en las regiones (todavía) cubiertas de hielo son especialmente dramáticos para los alpinistas».
En las zonas del norte se encuentran suelos de permafrost a partir de una altitud de 2.400 metros. El permafrost mantiene unida la roca como si fuera pegamento. Si se derrite, existe el riesgo de que se produzcan deslizamientos de tierra, desprendimientos de rocas o de montañas enteras. Esto sucedió en junio pasado. Allí se derrumbó la cima sur de la montaña Fluchthorn; un millón de metros cúbicos de rocas, equivalentes a la carga de unos 120.000 camiones.
Reich cree hacer senderismo en los Alpes seguirá siendo posible, en principio. «En casos puntuales, tal vez una zona quede cerrada por un tiempo después de un gran deslizamiento de tierra, o se considerará si todavía se puede permitir el camino que conduce hasta allí. Pero no es realista que no se pueda viajar a áreas enteras».
El deshielo del permafrost y la falta de agua también afectan a las cabañas turísticas. El club alpino tiene algunas cabañas situadas sobre el permafrost cuyos cimientos pueden estar en peligro, informa Reich. Además, ya notan la falta de agua en verano. Por ello, «ahorran agua, se construyen cisternas y retretes que no necesitan agua y se desmantelan las duchas», afirma Reich.