Washington. – El vicepresidente de los Estados Unidos Mike Ponce, anunció hoy que este viernes visitará la zona fronteriza con México en McAllen (Texas), donde acudirá a un centro de detención de inmigrantes en un momento de polémica por las condiciones en esas instalaciones.
«El viernes, la segunda dama (Karen Pence) y yo viajaremos a la frontera EE.UU./México en McAllen, Texas, con una delegación bipartidista de miembros del Comité Judicial del Senado», escribió Pence este lunes en su cuenta oficial de Twitter.
«El Senado ha aprobado una medida de alivio humanitario bipartidista, ¡pero hay que hacer mucho más para ASEGURAR nuestra frontera y acabar con esta crisis!», añadió.
Una fuente de la oficina de Pence aseguró a Efe que, durante su viaje a McAllen, el vicepresidente «visitará unas instalaciones donde se procesa» la llegada de inmigrantes indocumentados «y un centro de detención».
Esta no es la primera vez que Pence visita un centro de detención de migrantes, algo que ya hizo en abril en Nogales (Arizona), recordó la fuente.
Pero su nuevo viaje se producirá en un momento en el que se ha renovado la atención a esos centros, a raíz de informes del Gobierno y de medios de comunicación que han descrito condiciones de hacinamiento, falta de higiene y comida adecuada.
Pence reconoció hoy que «las instalaciones en la frontera están abarrotadas» de inmigrantes, pero atribuyó ese hacinamiento a que se han visto «sobrepasadas» por la llegada de indocumentados.
«Proporcionaremos un alivio compasivo a las familias metidas en esta crisis», garantizó el vicepresidente durante un discurso en Washington ante la conferencia anual de la asociación proisraelí Cristianos Unidos por Israel (CUFI, en inglés).
Sin embargo, insistió en que el Gobierno necesita que los demócratas en el Congreso cooperen con la Casa Blanca para reformar el sistema migratorio «roto» y lo que describió como «vacíos legales» en el proceso por el que los indocumentados solicitan asilo.
Un informe de la oficina del Inspector General del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) advirtió la semana pasada de las condiciones de hacinamiento extremo, estancias largas y riesgos para la salud en los centros de la Patrulla Fronteriza en el sur de Texas.
Algunas organizaciones de abogados han lamentado, además, que los menores inmigrantes detenidos en Clint (Texas) permanecen en condiciones insalubres, sin pañales para los bebés, sin jabón, ropa limpia, cepillos de dientes, ni comida adecuada.