Tegucigalpa – Una alarmante situación de insalubridad ha sido denunciada en el Hospital Escuela, el centro médico más importante de Honduras, donde la proliferación de plagas y el deterioro de la infraestructura han alcanzado niveles críticos que amenazan la calidad de la atención sanitaria.
Mauricio Morales, presidente del sindicato de trabajadores del Hospital Escuela, ha levantado la voz de alarma, exigiendo una intervención inmediata por parte de la Secretaría de Salud (SESAL) para abordar esta crisis sanitaria que afecta tanto a pacientes como al personal médico.
La situación ha sido corroborada por la diputada y doctora Suyapa Figueroa, quien describió un panorama preocupante: «El centro hospitalario está invadido por jates, cucarachas y ratones, además de presentar graves filtraciones en los techos». La legisladora advirtió que, de no tomarse medidas correctivas inmediatas, el hospital podría enfrentar un colapso total antes de que se completen los nuevos proyectos hospitalarios en construcción.
Un aspecto particularmente preocupante es la aparente disparidad en los estándares de supervisión entre centros de salud públicos y privados. «Mientras los hospitales privados son sometidos a rigurosas inspecciones por parte de Regulación Sanitaria, los centros públicos operan en condiciones que no aprobarían ninguna evaluación básica de calidad», señaló Figueroa.
La crisis actual del Hospital Escuela pone de manifiesto una paradoja en la gestión de la salud pública: mientras el gobierno anuncia la construcción de nuevos hospitales, el principal centro asistencial del país sufre un deterioro que podría comprometer seriamente su capacidad para brindar atención médica adecuada.
El personal médico y las autoridades sanitarias hacen un llamado urgente al gobierno para que destine recursos y atención inmediata a la rehabilitación y mantenimiento del Hospital Escuela, enfatizando que la construcción de nuevos centros no debe desviar la atención del mantenimiento de la infraestructura existente.
Esta situación representa un desafío significativo para el sistema de salud hondureño y requiere una respuesta integral que incluya no solo medidas inmediatas para el control de plagas, sino también un plan de renovación estructural que garantice condiciones sanitarias apropiadas para la atención médica.