En una audiencia celebrada en la alcaldía de Bogotá el lunes, el ex Defensor del Pueblo Carlos Negret presentó un informe que muestra que la Policía Nacional estuvo directamente involucrada en 11 de los 14 asesinatos de civiles ocurridos durante las protestas de septiembre de 2020.
Después de seis meses de investigación, su informe final recogió evidencia de brutalidad policial durante las protestas. Esta información provino de testimonios de más de 90 testigos, entre los que se encontraban policías, ciudadanos y familiares de las víctimas.
El informe de Negret afirma que las muertes de ciudadanos ocurrieron porque los policías no estaban preparados para manejar grandes multitudes de manifestantes y no recibieron instrucciones claras sobre el uso de armas de fuego.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, se disculpó con los familiares de las víctimas y aseguró que seguirá todas las recomendaciones del informe, que también será presentado al presidente Iván Duque, al director de la Policía, general Jorge Vargas, y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
El 6 de diciembre de 1928, la United Fruit Co. hizo que el ejército colombiano disparara y matara a 2.000 trabajadores en huelga y sus familias en Colombia. Luchaban por un día libre a la semana, pagaban con dinero en lugar de cupones y condiciones de trabajo dignas. La empresa ahora se conoce como Chiquita. pic.twitter.com/IVDjqGBoS3
– Alianza organizativa de la clase trabajadora y los sin hogar (@GsoWhoa)
6 de diciembre de 2021
Hasta ahora, solo cuatro policías enfrentan cargos de asesinato por muertes ocurridas durante las protestas. Todavía no hay condenas y ninguno de ellos está en prisión.
En 2020, la muerte del taxista de 46 años Javier Ordoñez indignó a más de 12.000 personas que salieron a las calles para expresar su descontento. Durante las protestas, 75 personas recibieron disparos, cientos de ciudadanos fueron golpeados y 76 comisarías resultaron dañadas o destruidas.
El informe de Negret afirma que la policía colombiana actuó principalmente contra los jóvenes pobres que buscaban mejores oportunidades laborales. Los distritos de Bogotá más afectados por el terrorismo de Estado fueron Usaquen, Suba, Engativa y Kennedy.
