¿Te imaginas viajar en el transporte público y que de pronto una mega estrella de Hollywood esté junto a ti y hasta te ceda el asiento? No se trata de una escena surrealista… eso hace Keanu Reeves todos los días.
La megaestrella de cintas como ‘The Matrix’, ‘Constantine’ y más recientemente ‘John Wick’ es uno de los grandes favorecidos de la simpatía de la gente a nivel mundial (recientemente, inmortalizó sus huellas en el Teatro Chino de Los Ángeles).
No hay foto, acción o entrevista que no provoque reacciones positivas y de elogio hacia él. De hecho, su nombre proviene del hawaiano y significa “Brisa fresca sobre las montañas”.
Pero, ¿a qué se debe ese cariño auténtico de la gente? Existen por lo menos tres razones:
1. Su condición más de ‘ser humano’ y menos de ‘súper estrella inalcanzable’
Nada de autos de mega lujo, guaruras a su alrededor ni mansiones exclusivas. Keanu acostumbra salir a la calle, comer en sitios públicos, sentarse en el parque a platicar con vagabundos, tomar el transporte público y hasta ceder el asiento a quien lo necesita.
Así fue captado en el Metro de Nueva York en 2011:
Quizá consciente de la volatilidad del dinero, Reeves ha demostrado desde siempre ser un hombre que se solidariza con las causas sociales. En 2003, por ejemplo, donó las ganancias que obtuvo con ‘The Matrix’ a obras de caridad.
“El dinero es lo último en lo que pienso. Podría vivir de lo que ya he hecho durante los próximos siglos”, dijo alguna vez.
2. Su amabilidad con los fans
Keanu está consciente de que la fama (y la fortuna) que ha ganado es gracias a la preferencia del público que acude a ver sus películas. Quizá por eso, siempre ha tenido gestos de empatía con quienes lo siguen y admiran.
En Internet, son muchos los usuarios que han compartido sus experiencias personales con el actor. En 2001, por ejemplo, el periodista australiano James Dator publicó su historia a través de Twitter, la cual se hizo viral: cuando tenía 16 años y trabajaba en la taquilla de un cine, se topó con el actor, quien ya convertido en una mega estrella, acudió para ver una película de Johnny Depp. Como una manera de conseguir su autógrafo, James le entregó su descuento de empleado para que el actor lo firmara y entrara con un boleto rebajado. Pero Keanu no entendió su petición y pagó el boleto completo.
“Dos minutos más tarde, alguien llamó a la puerta de la taquilla. Era Keanu. “Me di cuenta de que probablemente querías mi autógrafo. Así que firmé esto’. Me entregó el ticket de un helado que compró y firmó en la parte posterior. Luego arrojó el helado a la basura y entró a ver su película. Compró un cono de helado que no quería, solo para obtener el papel del recibo y así poder dar su autógrafo a un idiota de 16 años”, compartió.
Y a pesar de la fama, el canadiense no termina de acostumbrarse. “Aún recuerdo cómo se sonrojó cuando le dije que su voz lo hacía más atractivo en pantalla. Y al reírnos por su reacción, me dijo que los halagos todavía le daban vergüenza”, comentó una periodista que lo entrevistó en 2008.
3. Su dura vida
Detrás de esta súper estrella que desfila por la alfombra roja, también hay un ser humano que sabe de primera mano lo que es el sufrimiento. Lo ha experimentado en varios momentos de su vida.
Siendo muy pequeño se enfrentó al abandono de su padre. Desde entonces tuvo varios padrastros y pasó su infancia en diversas partes del mundo, lo cual le trajo inestabilidad.
Su vida ha estado marcada por las pérdidas. En 1991, ya convertido en actor, consiguió un papel en la cinta ‘My Own Private Idaho’, junto a su gran amigo River Phoenix. Pero dos años después, el joven murió debido a una sobredosis.
Para 1999, Keanu recibió la noticia de que se convertiría en padre, junto a su entonces novia, la actriz Jennifer Syme. Sin embargo, a los ocho meses de gestación, algunas complicaciones en el embarazo provocaron que la bebé naciera muerta.
La noticia devastó a la pareja y Jennifer presentó depresión post-parto. Un año después de terminar su relación, la joven tuvo un fatal accidente de tránsito y murió. Y para 2002, la hermana de Keanu fue diagnosticada con leucemia, un mal que había padecido en su infancia.
Para estar junto a ella, Keanu pospuso el rodaje de la secuela de ‘The Matrix’ y canceló una gira por Asia. Por fortuna, su hermana logró recuperarse y, consciente del valor de la vida, el actor donó las ganancias de sus películas a hospitales especializados en cáncer, así como para la realización de estudios científicos y otras obras benéficas.
En un Hollywood en el que las celebridades deben su fortuna a los fans, pero paradójicamente al mismo tiempo se alejan de ellos, Keanu Reeves le ha traído al mundo lo que significa su nombre: una ‘brisa fresca sobre las montañas’; y se ha ganado a pulso el cariño auténtico de miles de personas. Y es que, por encima de esta súper estrella valuada en millones de dólares, está una persona real y empática que nunca ha tenido empacho en mostrarse al mundo como lo que es: un ser humano.
Fuente: Abraham Monterrosas Vigueras, Yahoo Vida y Estilo