Miami – La NASA y la compañía privada Boeing informaron este jueves que debido a un incidente con el módulo ruso Naúka en la Estación Espacial Internacional (EEI) suspenden hasta nuevo aviso el lanzamiento de la cápsula Starliner, que iba a despegar este viernes desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (EE.UU.).
La misión de prueba “se ha retrasado debido a la situación a bordo de la Estación Espacial Internacional”, confirmó la compañía ULA, fabricante del cohete Atlas V, sobre el que la cápsula de Boeing está montada para despegar.
Precisamente, este jueves llegó a la EEI el módulo científico multiuso de Rusia Naúka y pocas horas después de su acople al laboratorio orbital generó contratiempos luego de que algunos de sus propulsores se dispararan “de forma inadvertida e inesperada”, como dijo a medios el portavoz de la NASA Rob Navias.
El aplazamiento del despegue de la cápsula “da tiempo al equipo de la Estación Espacial Internacional para continuar trabajando en las comprobaciones del módulo Nauka de (la agencia espacial rusa) Roscosmos recién llegado y para garantizar que la estación esté lista para la llegada de Starliner”, señaló la NASA.
Tanto la NASA como Boeing se hallan estudiando la próxima fecha para lanzar la cápsula no tripulada, que el viernes se aprestaba a efectuar su segunda misión de prueba.
Esta mañana, previo al anuncio de la postergación, la cápsula CST-100 Starliner de Boeing, montada sobre un cohete Atlas V, había sido colocada en una plataforma de despegue del complejo espacial 41 de Cabo Cañaveral con vistas a su lanzamiento, programado para las 14.53 hora local (18.53 GMT) del viernes, con un 50 % de condiciones climáticas favorables.
Con el envío de la cápsula no tripulada, que iba a llegar a la EEI el sábado con unas 400 libras (más de 180 kilos) de carga y suministros, Boeing busca ser parte del programa de transporte comercial que desarrolla la NASA junto a socios privados y del que ya participa SpaceX.
Boeing efectuó en 2019 una primera misión de prueba con la nave Starliner, pero fracasó en su intento de llegar a la estación espacial, debido a problemas con el software, y la cápsula tuvo que aterrizar de emergencia en Nuevo México.
En una rueda de prensa ofrecida hoy, y antes del anuncio de la suspensión del lanzamiento, el astronauta Christopher Ferguson, parte del equipo de la llamada Prueba de Vuelo Orbital (OFT-2, por sus siglas en inglés), dijo que han dedicado bastante tiempo a la preparación del lanzamiento y en especial para revisar “cada aspecto” del software de vuelo de la cápsula.
Todo ello de cara a la segunda misión de prueba, pero también con miras a las futuras misiones tripuladas que haga la compañía privada, la primera de las cuales se prevé a finales de este 2021, en una fecha por determinar.
“Estamos muy orgullosos de realizar nuestro segundo vuelo, y estaremos igualmente orgullosos cuando enviemos a nuestra increíble tripulación de (la cápsula) CST luego este año”, agregó Ferguson.
Nicole Mann, una de los astronautas que será parte de ese primer vuelo tripulado, señaló en la rueda de prensa que Starliner es una “robusta nave espacial con un montón de capacidades” y cuya última versión presenta un “gran salto tecnológico” en lo que se refiere a funciones automáticas.
No habrá tripulación a bordo pero en esta misión el asiento del comandante será ocupado por Rosie the Rocketeer, un dispositivo de prueba antropométrica que contiene 15 sensores para recopilar datos sobre lo que experimentarán los astronautas durante los vuelos.
De acuerdo con la NASA, la Starliner retornará con más de 550 libras (casi 250 kilos) de carga, incluidos los tanques reutilizables del Sistema de Recarga de Nitrógeno y Oxígeno (NORS) que proporcionan aire respirable a los miembros de la tripulación de la estación espacial.
El segundo vuelo de prueba analizará las capacidades de Starliner, “desde el lanzamiento hasta el atraque, el reingreso atmosférico y un aterrizaje en el desierto en el oeste de los Estados Unidos”, de acuerdo con la NASA.
El éxito de la misión le permitiría a Boeing sumar buenas noticias, tras informar este miércoles que ganó 567 millones de dólares entre abril y junio, poniendo fin a casi dos años de pérdidas trimestrales y dejando su beneficio neto en 6 millones de dólares desde el comienzo de 2021, gracias sobre todo al aumento de entregas de aviones comerciales como el 737 MAX.