Tegucigalpa – Los aspirantes a las candidaturas presidenciales de los tres principales partidos políticos hondureños —Nacional, Liberal y Libertad y Refundación (Libre)— acudieron a ejercer su derecho al voto enfrentándose a diversas dificultades, desde problemas con el sistema biométrico hasta la total ausencia de urnas en algunos centros de votación.
Partido Nacional: entre denuncias y llamados a respetar la voluntad popular
Nasry «Tito» Asfura, quien lidera los resultados preliminares con más del 76% de apoyo en el Partido Nacional, logró votar aproximadamente a la 1:00 de la tarde en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán. A pesar de las irregularidades, Asfura mantuvo un tono conciliador declarando: «¡Por la democracia y por Honduras!», mientras expresaba su respeto hacia las autoridades electorales.
Por su parte, la exprimera dama Ana García de Hernández, esposa del expresidente condenado por narcotráfico, emitió su voto en Gracias, Lempira, desde donde cuestionó los retrasos en la distribución del material electoral y exhortó a los nacionalistas a votar masivamente: «De la mano de Dios vamos a ver la victoria; la justicia prevalece», manifestó.
Los otros precandidatos nacionalistas, Roberto Lozano y Jorge Zelaya, también enfrentaron dificultades. Este último tuvo que retirarse por la mañana debido a la falta de apertura del centro de votación, regresando horas más tarde para ejercer su derecho.
Partido Liberal: cuestionamientos y denuncias de irregularidades
Salvador Nasralla, quien encabeza la contienda liberal con más del 54% de los votos según datos preliminares, fue uno de los primeros en votar a las 8:51 de la mañana, no sin antes enfrentar problemas con el lector biométrico que no reconocía su huella dactilar. «Yo soy una persona conocida y no me funcionó la huella dactilar», reclamó, cuestionando la eficiencia del sistema.
La precandidata Maribel Espinoza ejerció su voto al mediodía y denunció «una intentona de desanimar a la población para votar», señalando directamente a las Fuerzas Armadas como responsables de los retrasos en la entrega del material electoral: «¿Me pregunto por qué las FFAA no entregó a tiempo el material de votación? Ellos son los responsables, de conformidad con la ley».
Luis Zelaya y Jorge Cálix también expresaron su descontento. Este último calificó el proceso como «un rotundo fracaso» y exigió la renuncia de las autoridades electorales, señalando que «estas son las elecciones más caras en la historia del país y las urnas no han abierto».
Partido Libre: entre el optimismo y la ausencia de urnas
La situación en el partido gobernante presentó contrastes significativos. Mientras Rixi Moncada, actual ministra de Defensa y favorita en la contienda con más del 93% de apoyo preliminar, pudo votar a las 10:04 de la mañana en el Centro Educativo Patria, su contrincante Rasel Tomé no logró ejercer su voto debido a que su centro de votación no abrió, llevándolo a presentar una denuncia ante el Ministerio Público.
Moncada intentó proyectar normalidad afirmando tener «el 91 por ciento de las juntas receptoras de votos ya en movimiento», mientras pedía a los ciudadanos que habían abandonado los centros de votación que regresaran para «contribuir con la construcción del futuro de Honduras».
La jornada electoral, calificada por observadores internacionales y candidatos como «un desastre histórico», deja serias dudas sobre la capacidad organizativa del sistema electoral hondureño de cara a las elecciones generales programadas para noviembre de 2025.
