Nueva York. – La semana pasada la Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP), liderada por Arabia Saudita, y sus socios petroleros, encabezados por Rusia, no lograron un acuerdo para reducir la producción y apoyar los precios, en un contexto de caída de la demanda por el coronavirus.
Rusia, el segundo productor mundial de petróleo y que no es miembro del cártel, se negó a una nueva reducción colectiva de esos 23 países (la llamada OPEP+) de 1.5 millones de barriles al día, como proponían los sauditas.
Como consecuencia, y tras el fracaso de las negociaciones, Arabia Saudita decidió el domingo el mayor recorte de sus precios del barril en 20 años, indicó el domingo la agencia Bloomberg News, provocando además una tormenta en los mercados.
Los sauditas recortaron así entre cuatro y seis dólares el precio de sus barriles para entrega en abril con destino a Asia y en siete dólares los destinados a Estados Unidos, indicó Bloomberg.
La petrolera nacional Aramco redujo además el barril de Arabian Light a un precio sin precedentes de 10.25 dólares, según la agencia.
El desacuerdo ya hizo caer los precios del crudo un 10 por ciento el viernes.
Para Jeffrey Halley, una analista de Oanda, «Arabia Saudita parece tener la intención de castigar a Rusia» con su decisión de reventar los precios.
En el mercado asiático del petróleo, hacia las 6.30 GMT de lunes, los dos principales barriles caían cerca de un 30 por ciento: el WTI (West Texas Intermediate) cayó a 29 dólares y el Brent hasta los 33 dólares.