Tegucigalpa – El presidente del Congreso Nacional, Luis Redondo, alzó su voz con firmeza este sábado exigiendo medidas concretas para resguardar la seguridad en las embajadas, tras el preocupante episodio de la captura del exvicepresidente ecuatoriano, Jorge Glas.
A través de su plataforma en redes sociales, Redondo manifestó su total repudio ante la irrupción de la policía ecuatoriana en la embajada de México en Quito, donde Glas se encontraba amparado por medidas de asilo.
Calificó esta acción como un acto de irrespeto que vulnera la soberanía de México y las normativas internacionales establecidas en la Convención de Viena, que protegen la inviolabilidad de las misiones diplomáticas.
Además, el presidente del Congreso hondureño expresó su preocupación por el precedente que este incidente podría sentar, advirtiendo sobre los riesgos que implica para la seguridad y la integridad de las misiones diplomáticas en el futuro.
En un llamado a la comunidad internacional, Redondo instó a una condena enérgica y unificada contra este tipo de violaciones del derecho internacional, subrayando la importancia de que ningún país se permita cometer tales actos.
En solidaridad con el gobierno mexicano y su pueblo, así como con la canciller Alicia Bárcena, la embajadora Raquel Serur y su personal, Redondo lamentó profundamente la violación del derecho de asilo diplomático de Jorge Glas, comprometiéndose a denunciar cualquier acción que atente contra su seguridad y sus derechos.
Afirmó que el derecho de asilo es sagrado y que la Corte Internacional de Justicia debe intervenir con prontitud para garantizar su respeto. Asimismo, recordó que las sedes diplomáticas son soberanas y deben ser respetadas como tales.
Consciente del rechazo del pueblo ecuatoriano a acciones que violenten la integridad de las misiones diplomáticas, Redondo llamó a explorar vías de acción desde la diplomacia parlamentaria para abordar esta problemática de manera efectiva y colaborativa.
Enérgico en su postura, sentenció que ni la impunidad, ni la injerencia, ni las violaciones a las embajadas deben ser toleradas, reafirmando su compromiso con la defensa de los principios fundamentales del derecho internacional y la soberanía de las naciones.