El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien se encuentra en Dubái en la Cumbre del Clima COP28, confirmó este sábado que su país va a participar en la alianza de productores de petróleo OPEP+.
La OPEP+ anunció la adhesión de Brasil, a partir de enero de 2024, en su última reunión celebrada en Viena el pasado jueves, pero entonces las autoridades brasileñas informaron de que habían recibido una invitación que estaba en estudio.
En un mensaje en la red social X, Lula dijo que Brasil va a defender “la importancia de superar la política de combustibles fósiles” en el seno de la OPEP+.
Su objetivo, según aseguró, es “que los países que ganan dinero con esa política (petrolera) puedan invertir en la energía del futuro, la energía verde. Esta superación es una voluntad, pero el camino hasta allá es un desafío”, dijo Lula.
El gobernante no habló de las políticas de cuotas de producción de la OPEP+, pero el presidente de la petrolera estatal Petrobras, Jean Paul Prates, adelantó a la prensa que su país no participará en esa política.
Brasil, actualmente el mayor productor de petróleo de Latinoamérica, pasará a ser el vigésimo cuarto socio de la OPEP+ y el tercero de la región, junto a México y Venezuela, éste último uno de los cinco países fundadores del cartel OPEP en 1960 y que hoy cuenta con las mayores reservas de crudo del mundo.
El inesperado anuncio se hizo al finalizar la conferencia ministerial de la OPEP+, celebrada este jueves de forma virtual, mediante una nota en la que se anunció que el ministro brasileño de Minas y Energía, Alexandre Silveira, intervino en el encuentro.
Brasil tuvo una producción de 3,5 millones de barriles equivalentes diarios de promedio el pasado octubre, según datos oficiales, aunque en agosto llegó a elevar esa cifra hasta el récord de 4,48 millones de barriles.
El país suramericano espera convertirse en 2030 en el quinto mayor exportador mundial de crudo gracias al fuerte aumento de su producción, que llegará a 5,3 millones de barriles.