Tegucigalpa – El relator especial de las Naciones Unidas sobre las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, Morris Tidball-Binz, expresó su especial preocupación por el estado de excepción establecido en Honduras en el año 2022. Tras una visita de 10 días al país, Tidball-Binz señaló que durante este período se han registrado casos de uso excesivo de la fuerza en el marco de esta medida.
El estado de excepción, que entró en vigor el 6 de diciembre de 2022 y actualmente ha sido renovado hasta julio próximo, ha sido motivo de inquietud para el relator. En este sentido, hizo hincapié en la importancia de establecer un marco legal sólido que regule el uso de la fuerza por parte de todas las fuerzas de seguridad.
El relator considera un avance positivo la próxima publicación del Manual de Uso de la Fuerza y Armas de Fuego de la Policía Nacional de Honduras. Sin embargo, subrayó que es fundamental que las autoridades se aseguren de su efectiva implementación, ya que sin un marco normativo que lo respalde, el manual carecería de fuerza vinculante.
El prolongado estado de excepción ha generado preocupación, ya que según el relator, esta medida debe ser excepcional y limitada en el tiempo. La suspensión de las garantías constitucionales facilita posibles arbitrariedades por parte de las fuerzas de seguridad.
En este contexto, Tidball-Binz instó al gobierno de Honduras a redoblar sus esfuerzos para proporcionar los recursos económicos, técnicos y humanos necesarios para que las fuerzas de seguridad puedan desempeñar eficazmente su labor, en cumplimiento de las obligaciones internacionales.
El relator subrayó la importancia de llevar a cabo investigaciones imparciales sobre cualquier homicidio resultado del uso excesivo de la fuerza, y aseguró que los responsables deben ser sancionados adecuadamente.
Durante su visita, Tidball-Binz se reunió con altas autoridades del Estado, académicos, defensores de derechos humanos y familiares de víctimas de muertes ilícitas, entre otros.
El relator agradeció la hospitalidad y amabilidad recibida durante su estancia en Honduras, así como el diálogo franco, la apertura y confianza de las personas con las que se reunió en diferentes regiones del país, incluyendo Tegucigalpa, San Pedro Sula, El Progreso, La Ceiba y Bajo Aguán.
