Moscú acusa formalmente al mandatario ucranio y a su predecesor Poroshenko y vuela otro puente para una paz negociada. Las autoridades rusas no especifican los delitos por los que se les persigue.
Por El País
Las autoridades rusas también han puesto en busca y captura al expresidente ucranio Petró Poroshenko, líder del país entre 2014 y 2019, sin especificar tampoco de qué delito es acusado. Pese a ser perseguidos por Moscú ahora y acusarles de cometer innumerables delitos en Donbás en la última década, tanto Poroshenko como Zelenski han sido reconocidos como legítimos presidentes de Ucrania por el mandatario ruso, Vladímir Putin, tras imponerse respectivamente en las últimas dos elecciones presidenciales ucranias.
La orden de búsqueda del Ministerio del Interior se aplica dentro del territorio ruso —que para Moscú incluiría las provincias ucranias anexionadas ilegalmente de Donetsk, Lugansk, Jersón, Zaporiyia y Crimea— y es poco factible que Zelenski visite el país invasor en un futuro próximo. Además, Moscú ya ha incluido antes en su lista negra a otros líderes políticos de países que considera “inamistosos”: La primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, y otros altos cargos de los Estados bálticos y Polonia, también están en búsqueda y captura por el Kremlin por desmontar los monumentos construidos en sus países cuando estaban atados a la Unión Soviética.
La decisión del Kremlin, aunque aparentemente simbólica, podría suponer la ruptura de un puente para el fin negociado de la guerra. “Rusia no negocia con aquellos a los que busca por cometer crímenes”, resalta uno de los canales proguerra rusos más populares en Telegram entre los ultranacionalistas, TopWar. “Este paso no es solo una patada formal a Zelenski. Esto significa que las negociaciones solo son posibles desde una base: su rendición”, agrega el canal a través de la red social.
“Poroshenko también ha sido incluido en la lista de buscados. Entonces, definitivamente no hay [perspectiva de un] acuerdo [con Ucrania]”, ha resaltado en Telegram Alexánder Diúkov, miembro del Consejo de Asuntos Internacional del presidente ruso.
El expresidente ucranio, que ha prometido postularse contra Zelenski “una vez acabe la guerra”, presenta claroscuros en su relación con Rusia. De hecho, el Servicio de Seguridad de Ucrania vetó su salida del país en diciembre del año pasado porque sospechaba que el líder del partido Solidaridad Europea iba a reunirse con el presidente de Hungría, Viktor Orbán. El mandatario húngaro es el principal apoyo de Putin entre los altos cargos de la Unión Europea. En una visita oficial a Pekín en octubre de 2023, Orbán se reunió con el jefe de Estado ruso y presumió de su cercanía al Kremlin: “Es una estrategia, estamos muy orgullosos de ello”.
Además de su inclusión en la lista rusa de buscados, el entorno de Zelenski denuncia que ha sido víctima de varios intentos de asesinato. Según publicó el diario británico The Times al principio de la guerra, unos 400 mercenarios rusos tenían como objetivo infiltrarse en Kiev y asesinar al mandatario ucranio en los primeros días de combates para sustituir a su Gobierno por otro títere de Moscú. “Nos esforzaremos por desmilitarizar y desnazificar Ucrania. Y también por llevar ante la justicia a aquellos que cometieron numerosos crímenes sangrientos contra civiles, incluidos ciudadanos de Rusia”, declaró Putin el 24 de febrero de 2022, el día que ordenó su “operación militar especial” contra Ucrania.