San Petersburgo es la nueva entrada de los cargamentos que salen de los puertos argentinos, brasileños y uruguayos. Esta semana el Servicio Federal de Seguridad ruso incautó 699 kilos de cocaína proveniente de Colombia. A finales de marzo fueron 200 kilos ocultos en un camión que transportaba frutas de la región.
Por Infobae
Mientras las autoridades rusas están “distraídas” por la invasión a Ucrania, los grandes carteles de la droga latinoamericana aprovechan la situación para abrir nuevas rutas y mercados. El puerto ruso de San Petersburgo se está convirtiendo en la nueva entrada de la cocaína colombiana y peruana a los mercados europeos. De acuerdo con la organización especializada en el tema InSight Crime, estaría reemplazando a los tradicionales puertos de entrada de la droga de Amberes, en Bélgica y Róterdam, en los Países Bajos.
Esta semana, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso detuvo a dos colombianos y un tercer ciudadano de un país europeo (no lo quisieron especificar) cuando intentaban ocultar en Moscú un cargamento de casi 700 kilos de cocaína que había entrado por San Petersburgo en un carguero que transportaba soja desde Brasil. Otra versión indica que, en realidad, salió por el río Paraná y fue cargado con los granos en un puerto uruguayo. Esta incautación siguió a otra realizada a finales de marzo, cuando la policía de San Petersburgo descubrió 200 kilos de cocaína ocultos en un camión que transportaba fruta recientemente llegada desde Colombia. Un año antes, se habían descubierto 400 kilos de la misma droga oculta en un cargamento de bananas procedentes de Ecuador. Según la policía rusa, la mayoría de los contenedores detectados con drogas latinoamericanas proceden del puerto ecuatoriano de Guayaquil.
De acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) las incautaciones de cocaína en este puerto ruso “se multiplicaron por seis entre 2016 y 2021, pasando de 144 kilogramos a 872 kilogramos por año.” Yulia Vorobyeva, profesora de la Universidad Internacional de Florida y experta en narcotráfico y crimen organizado, declaró a InSight Crime que “la cocaína se distribuye desde San Petersburgo y Moscú, que son los dos centros logísticos… desde donde se transporta en camiones a otros países de Europa”. Una de las razones por las que los carteles eligen el puerto de San Petersburgo es porque los principales centros de entrada hasta ahora, los de Amberes y Rotterdam, introdujeron novedades tecnológicas “muy efectivas” a sus puestos de vigilancia.
Desde entonces, continúan buscando las mejores alternativas. Hace dos semanas, en Oslo se realizó la mayor incautación de cocaína de la historia de ese país. Fueron “800 kilos que entraron en un cargamento de frutas procedente de América Latina”, aunque no se especificó el puerto de salida. La policía noruega indicó que fue la policía alemana la que advirtió lo que estaba sucediendo después de que se descubrieran otros 1.200 kilos en el puerto de Potsdam. Unos meses antes, la policía española había logrado interceptar en Galicia un “narcosubmarino” que transportaba cinco toneladas de cocaína.
Ninguno de estos destinos son los definitivos, sino que se trata de puertos de entrada para luego distribuir los cargamentos en los mercados más lucrativos centroeuropeos. Hasta ahora se sabía que la cocaína entraba Rusia, mayormente, a través de Turquía y, de acuerdo al periodista de investigación turco Cengiz Erdinc, “desempeña un papel significativo como país de tránsito de la cocaína a otros mercados del continente”.
Unos 3,5 millones de europeos consumieron cocaína en 2021, según el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (OEDT), cuatro veces más que hace 20 años. El continente ha sido golpeado por un “tsunami” de cocaína, dijo el jefe de la policía federal belga, Eric Snoeck, con 240 toneladas incautadas en 2021, según Europol, casi cinco veces más que hace una década.
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