Tegucigalpa – Las recientes declaraciones de la presidenta Xiomara Castro han generado un fuerte debate en Honduras, luego de que advirtiera su intención de retirar la base militar de Estados Unidos en Palmerola, ubicada en el departamento de Comayagua, a 80 kilómetros al norte de Tegucigalpa.
Esta postura surgió como respuesta a la reiterada propuesta del expresidente Donald Trump de llevar a cabo deportaciones masivas de migrantes, medida que afectaría directamente a la comunidad hondureña residente en territorio estadounidense.
Las reacciones no se han hecho esperar. Uno de los primeros en pronunciarse fue el experto en migración, Ricardo Puerta, quien alertó que Honduras podría resultar seriamente perjudicada si se materializa la confrontación.
“Quien va a pagar el precio evidentemente va a ser Honduras porque es el que tiene menos poder. Desde ese punto de vista, lo ideal sería una negociación amistosa entre los dos países”, explicó Puerta, subrayando la importancia de encontrar canales diplomáticos para solucionar el conflicto.
En la misma línea, el presidente de la Cámara de Comercio e Industrias de Cortés (CCIC), Karim Qubain, coincidió en que se deben mantener la calma y el respeto mutuo.
“No podemos ir a los extremos, se puede lograr resolver con el diálogo respetuoso (…); la manera correcta de hacerlo es vía diálogo y entendimiento”, puntualizó Qubain, quien recalcó que la actividad comercial y la estabilidad política de Honduras podrían verse comprometidas si las tensiones no se manejan adecuadamente.
Las voces de alerta también provienen del ámbito político. El precandidato presidencial por el Partido Liberal, Jorge Cálix, reprochó la postura de Castro y acusó a la mandataria de poner en riesgo la relación con el principal aliado comercial y político del país.
“La presidenta Castro nos ha puesto en un grave riesgo (…); ella lo que está haciendo es buscar una excusa para romper relaciones con nuestro principal socio comercial y político”, afirmó Cálix, haciendo referencia a la importancia estratégica de Estados Unidos para Honduras.
Además, Cálix señaló que la presidenta podría estar actuando para defender intereses familiares y recordó la controversia generada en torno a la denuncia del Tratado de Extradición entre Honduras y Estados Unidos.
En una postura igualmente crítica, el precandidato Salvador Nasralla, quien en el pasado formó parte de la coalición que impulsó a Castro a la presidencia, consideró que el posible choque entre ambas naciones no trae ningún beneficio para Honduras.
Nasralla aconsejó a las autoridades hondureñas “quedarse calladas” y “marcharse lo más tranquilas posible” para evitar mayores complicaciones. “Dejen de arriesgar la soberanía nacional por consejos de estos venezolanos y cubanos que le redactan los discursos a Xiomara Castro”, enfatizó, añadiendo que la situación podría volverse aún más crítica que la vivida en administraciones anteriores.
La advertencia de Xiomara Castro, que pone en la mira la base militar de Palmerola, continúa siendo un tema de debate nacional, mientras crece la incertidumbre sobre si Estados Unidos responderá con acciones concretas o si ambas partes optarán por soluciones negociadas.
