Si las encuestas aciertan, este domingo se vivirá un primer tiempo en la competencia por la Casa de Nariño y los colombianos escogerán a los dos candidatos que se disputarán la presidencia de la república el próximo 19 de junio. Todo esto a menos de que haya una verdadera sorpresa y alguno de los aspirantes logre más del 50 por ciento de los votos en las urnas. Hasta ahora, lo que ha predominado ha sido la incertidumbre. Gustavo Petro llega fuerte a esta elección y con una intención de voto que, pese a todo, no le alcanzaría para ganar en primera vuelta, pero le daría un tiquete seguro a la segunda. Entre Federico Gutiérrez y Rodolfo Hernández estaría el rival que se enfrentaría a Petro. Sergio Fajardo, por su parte, parece no tener mayor opción.
Por Semana
En términos generales, este 29 de mayo, la democracia y la confianza en las elecciones y las instituciones, especialmente la Registraduría, presidida por Alexánder Vega, enfrentan una auténtica prueba. Lo ocurrido el pasado 13 de marzo en las elecciones al Congreso, cuando hubo problemas evidentes en la organización electoral y se descubrió luego una abultada diferencia de más de un millón de votos entre el preconteo y el escrutinio, no puede repetirse. La lupa está puesta.
El modelo de país, en el corto y mediano plazo, también está en juego, así como el cambio que demanda una ciudadanía golpeada por los estragos de la pandemia y afectada por una fuerte crisis social y económica.
En ese sentido, todos los candidatos que llegan a esta primera vuelta representan una mirada distinta sobre Colombia, tienen un diagnóstico más o menos común, pero propuestas muy distintas para resolver los problemas. Petro, según la más reciente encuesta del Centro Nacional de Consultoría para SEMANA, obtendría el 35,8 por ciento de los votos. El segundo lugar se lo disputarían, voto a voto, Federico Gutiérrez (20,8 por ciento) y Rodolfo Hernández (19,1 por ciento). Sergio Fajardo llegaría a solo el 4 por ciento de la votación. Como este estudio electoral fue realizado entre el 13 y el 19 de mayo, es posible que haya cambios en la votación final que no pudieron ser detectados por las encuestas, dadas las restricciones de ley que impiden mediciones en la última semana electoral, justo cuando la mayoría de candidatos participa en debates y recibe adhesiones claves.
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