Las partes en conflicto de Sudán iniciaron el domingo un nuevo intento de cese del fuego tras más de dos meses de brutales enfrentamientos y antes de que se lleve a cabo una reunión internacional con el fin de recaudar fondos para ayuda humanitaria.
Por AP
Los residentes de la capital Jartum, y de su ciudad vecina Omdurmán, reportaron una “relativa calma” en las primeras horas de la tregua el domingo por la mañana, después de que el día anterior se registraran intensos combates.
Sudán se sumió en el caos luego de que se desataran los choques a mediados de abril entre las fuerzas armadas, encabezadas por el general Abdel Fattah Burhan, y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido, comandado por el general Mohamed Hamdan Dagalo.
La tregua de tres días que comenzó el domingo ocurre antes de una reunión de donantes que las Naciones Unidas y otros países llevarán a cabo el lunes para recaudar fondos destinados a cubrir las necesidades humanitarias de Sudán.
La ONU dice haber recibido menos del 16% de los 2.570 millones de dólares necesarios para ayudar a los necesitados en Sudán en 2023. Se necesitan otros 470 millones de dólares para apoyar a los refugiados en la región del Cuerno de África, señaló.
Estados Unidos y Arabia Saudí anunciaron el acuerdo de cese del fuego el sábado. Ambos han encabezado iniciativas diplomáticas concertadas para detener la guerra en los últimos dos meses.
El gobierno estadounidense y el saudí señalaron en un comunicado conjunto que las fuerzas armadas y las Fuerzas de Apoyo Rápido acordaron detener los combates y “abstenerse de buscar ventajas militares durante el alto al fuego”.
Los combates estallaron tras meses de crecientes tensiones entre los generales rivales. El conflicto convirtió a Jartum y a otras zonas urbanas en campos de batalla. Más de 3.000 personas perdieron la vida y más de 6.000 resultaron heridas, según el ministro de Salud, Haitham Mohamed Ibrahim. Los enfrentamientos obligaron a más de 2,2 millones de personas a huir de sus hogares a zonas más seguras dentro de Sudán y a las naciones vecinas.
Todos los países vecinos de Sudán tienen sus propios conflictos y problemas económicos, y la afluencia de refugiados sudaneses les dificulta más el resolverlos. Egipto, con problemas de liquidez, ha recibido a más de 200.000 sudaneses desde que comenzaron los combates, según la agencia de la ONU para las migraciones.
El responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, anunció el domingo la asignación de 20 millones de euros (unos 22 millones de dólares) para ayudar al gobierno egipcio a hacer frente a la afluencia de sudaneses que huyeron de la guerra y cruzaron hacia esa nación.
“Sé que esto no es suficiente y que ustedes van a pagar mucho más, pero al menos permítannos contribuir un poco en respaldo suyo”, declaró Borrell en una conferencia de prensa conjunta en El Cairo con el ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry.
El cese del fuego fue el más reciente de una serie de intentos de tregua auspiciados por Estados Unidos y Arabia Saudí, los cuales no lograron poner fin a los combates, y los mediadores culparon a los dos bandos beligerantes de infringirlos repetidamente.