Tegucigalpa – La reunión sostenida entre el embajador de la Unión Europea (UE), Gonzalo Fournier Conde, y la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, ha provocado un roce diplomático que pone de manifiesto las tensiones en el sistema electoral tras las controversiales elecciones primarias del pasado 9 de marzo.
El vicepresidente del Congreso Nacional, Hugo Noé Pino, manifestó públicamente su descontento por el encuentro, cuestionando tanto la oportunidad como la forma en que se llevó a cabo. «No me parece que sea el momento diplomático más oportuno para solicitar una reunión de esa naturaleza, y de haberse considerado necesaria, me pregunto por qué no se solicitó directamente con el pleno del CNE», expresó el legislador.
La polémica se intensificó cuando el propio embajador Fournier Conde compartió detalles del encuentro a través de redes sociales, informando que asistió acompañado por representantes de Francia, Canadá y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En su comunicación, el diplomático señaló que reiteraron su «apoyo a las instituciones electorales» y que preparaban «la misión exploratoria para observar las elecciones generales», además de solicitar «una reunión con el pleno de consejeros».
Esta última frase ha sido interpretada por sectores políticos como un reconocimiento implícito de que la reunión inicial no incluyó a todos los miembros del CNE, alimentando la percepción de parcialidad que Noé Pino sugirió al cuestionar: «¿O existe intención de tomar partido en la discusión actual?».
El contexto de esta controversia es particularmente delicado, ya que ocurre apenas días después de que el pleno del CNE compareciera ante una comisión especial del Congreso Nacional para rendir cuentas sobre los incidentes que marcaron las elecciones primarias celebradas el 9 de marzo, las cuales han sido calificadas como «accidentadas» por diversos sectores.
Analistas políticos señalan que este tipo de episodios podría complicar los esfuerzos de observación internacional para las próximas elecciones generales, en un momento en que la credibilidad de las instituciones electorales está bajo escrutinio público tras los cuestionamientos surgidos en el reciente proceso electoral.