Ciudadanos y mandatarios internacionales cierran filas ante posibles obstáculos de última hora para impedir la jura presidencial.
Por El País
La carrera de Bernardo Arévalo para llegar a la Presidencia de Guatemala ha sido tan complicada que este domingo, el día en el que está previsto que él, su vicepresidenta, Karin Herrera, y los diputados electos juren sus cargos, todavía hay mucha incertidumbre ante posibles nuevos obstáculos de última hora. La ceremonia de investidura presidencial estaba programada para las tres de la tarde (hora local), pero es probable que se retrase unas horas después de que la sesión del Congreso en la que debían jurar sus cargos los nuevos diputados se haya estancado en medio de tensiones. Mientras, los ciudadanos y las delegaciones internacionales cierran filas para arropar al mandatario en su investidura y garantizar el traspaso de poder.
Entre las delegaciones internacionales que están hoy acompañando a Arévalo en Guatemala están una decena de presidentes latinoamericanos, entre ellos el chileno Gabriel Boric, la hondureña Xiomara Castro o el colombiano Gustavo Petro, que ha sido especialmente crítico con los intentos de entorpecer la investidura de Arévalo por parte del Ministerio Público. “Solicito a todos los jefes de Estado de as repúblicas de América asistir a la posesión del presidente Arévalo en Guatemala”, escribió el sábado en su cuenta de X. “Hay fuerzas amenazan un golpe de Estado. Nuestra solidaridad es fundamental”. hacer. Lo mejor está por venir”.
Tras su victoria sorpresiva en las elecciones de agosto con su promesa de combatir la corrupción que ha corroído Guatemala, este sociólogo, exdiputado y diplomático de 65 años ha tenido que enfrentarse a una retahíla de procesos judiciales que él mismo denunció como un intento de “golpe de Estado” promovido por el Ministerio Público para tratar de evitar su llegada al poder e inhabilitar a su partido. Y aunque un fallo emitido por la Corte de Constitucionalidad a mediados de diciembre ofrecía garantías para su investidura este domingo, nadie en este país descarta sorpresas de última hora para tratar de entorpecer la juramentación. “No sabemos si legalmente se les puede llegar a ocurrir algún despropósito”, le dijo Arévalo a EL PAÍS este sábado. “Así que estaremos esperando, pero con la confianza de que al final eso no va a cambiar el resultado ni el hecho de que vamos a tomar posesión”.
La jornada comenzó con retraso en la sesión de un Congreso en la que se debía nombrar a la junta directiva, mientras la Corte de Constitucionalidad (CC) resolvía varios recursos, entre ellos uno presentado por el oficialista Movimiento Semilla, que será la tercera mayor fuerza en la cámara, para determinar si podían formar parte de las candidaturas para presidirlo tras la inhabilitación temporal del partido. El amparo provisional fue rechazado, por lo que diputados electos tendrán que asumir como independientes y no podrán formar parte de la presidencia de ese órgano.
El apoyo de la población y las delegaciones internacionales
En la sesión del Congreso también se han vivido momentos de tensión durante la sesión de calificación de credenciales de los diputados. Pasadas las 2 de la tarde (hora local), hay un retraso en el nombramiento de la junta directiva respecto a la hora prevista y se teme que esto pueda entorpecer el proceso de transferencia de poder.
Según el programa de transmisión de mando, la juramentación y toma de posesión de Arévalo y Herrera está prevista a las 3 de la tarde en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias de la capital, a donde asistirán una decena de mandatarios latinoamericanos y el Rey de España, entre otras delegaciones internacionales. Ya con la banda presidencial puesta, el nuevo presidente tiene previsto ofrecer un discurso a los guatemaltecos en la Plaza de la Constitución, el lugar donde nació el Movimiento Semilla al calor de las protestas anticorrupción de 2015.
Hasta la plaza comenzaron a desplazarse partidarios del nuevo Gobierno y representantes de los pueblos indígenas de todo el país que hace 105 días levantaron un plantón delante del Ministerio Público para exigir la renuncia de su jefa, Consuelo Porras, a la que Arévalo ha acusado de estar al frente del intento de “golpe de Estado” en su contra. Estos movimientos han mantenido una resistencia pacífica para garantizar la transferencia pacífica del poder y, junto con una comunidad internacional que ha condenado firmemente los intentos por entorpecer el proceso, han sido claves para que se mantenga la democracia en Guatemala tras varios años en los que se ha visto un auge del autoritarismo en el país.
Entre las delegaciones internacionales que están acompañando este domingo a Arévalo en Guatemala están una decena de presidentes latinoamericanos, entre ellos el chileno Gabriel Boric, la hondureña Xiomara Castro o el colombiano Gustavo Petro, que ha sido especialmente crítico con los intentos de entorpecer la investidura de Arévalo por parte del Ministerio Público. “Solicito a todos los jefes de Estado de las repúblicas de América asistir a la posesión del presidente Arévalo en Guatemala”, escribió el sábado en su cuenta de X. “Hay fuerzas amenazando con un golpe de Estado. Nuestra solidaridad es fundamental”.
Otro que se pronunció abiertamente el sábado contra los intentos de descarrilar la transferencia de mando fue el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, quien el sábado se reunió con Arévalo un día después de anunciar un “marco jurídico de sanciones que podrá ser aplicado contra los que dificulten el normal desarrollo el proceso democrático en Guatemala”. Su visita al país centroamericano, dijo Borrell en una rueda de prensa con el presidente electo, “es la demostración del compromiso firme de la Unión Europea con el pueblo de Guatemala y su democracia, una democracia que ha estado amenazada y que estamos aquí para defender y apoyar”.