Tegucigalpa – Con honores militares y un acto cargado de simbolismo religioso, la Virgen de Suyapa fue entregada este martes por la Iglesia católica a las Fuerzas Armadas de Honduras para iniciar su peregrinación anual por las bases militares del país.
La ceremonia, realizada en el Estado Mayor Conjunto (EMC) de Tegucigalpa, contó con la presencia de la secretaria de Defensa, Rixi Moncada, y el jefe del EMC, general Roosevelt Hernández Aguilar, quienes recibieron la imagen como un «símbolo de esperanza y protección para la institución castrense».
El recorrido, que se extenderá hasta el 30 de enero, incluirá visitas a unidades en Comayagua, La Paz, San Pedro Sula, Cortés, Olancho, El Paraíso, Choluteca y zonas del occidente y el Caribe hondureño.
La imagen, conocida como «La Morenita», partió primero al Primer Batallón de Ingenieros en Siguatepeque, Comayagua, tras una misa inaugural en la Basílica de Suyapa, donde cientos de feligreses y militares rindieron tributo al amanecer.
Un puente entre fe y patria
El general Roosevelt Hernández Aguilar destacó que esta tradición, respaldada por décadas, refleja «la unión entre el pueblo hondureño y sus fuerzas de seguridad». «Nuestras puertas están abiertas para que todos veneren a la Virgen con respeto.
Es un honor custodiar su imagen y compartirla con la ciudadanía», afirmó durante el acto, al que también asistieron autoridades eclesiásticas y funcionarios gubernamentales.
La peregrinación abarcará no solo bases del Ejército, sino también de la Fuerza Aérea, Naval y la Policía Militar del Orden Público (PMOP). Las autoridades reiteraron que el acceso a las unidades será libre para civiles, promoviendo así un espacio de encuentro comunitario.
Cierre con vigilia y misa castrense
La Virgen retornará a Tegucigalpa el 30 de enero, donde se realizará una vigilia en el Campo de Parada Marte. Al día siguiente, el 31 de enero, se celebrará una misa de clausura con la participación de altos mandos militares, marcando el fin de un recorrido que, según el vocero castrense Mario Rivera, «refuerza los valores espirituales y el compromiso de las Fuerzas Armadas con Honduras».
Esta tradición, que se remonta a años de historia nacional, consolida a la Virgen de Suyapa no solo como ícono religioso, sino como un elemento integrador de la identidad hondureña.