Tegucigalpa. – El rector de la Basílica Menor de Suyapa, padre Carlos Magno Núñez en la homilía celebrada este domingo, indicó que “vivimos en una sociedad que está postrada, enferma y empobrecida”, mientras que Jesús infunde vida y restaura lo que está enfermo en nosotros.
La misa de este domingo fue celebrada por el sacerdote Carlo Magno, debido a que el cardenal Óscar Andrés Rodríguez, se encuentra hospitalizado recuperándose luego de dar positivo al Covid-19.
La homilía estuvo centrada en el evangelio, según San Marcos, basada en la resurrección, es decir pasar de la muerte a la vida, es que Jesús es don de vida y restaura lo que está enfermo en nosotros.
“La fiebre está representando las facultades personales que nos impide amar de verdad, ciertamente solo podemos ser curados de nuestra fiebre cuando una mano amiga se posa sobre nosotros, nos toca y nuestra fiebre se calma”.
Consultó que “¿cuál es mi fiebre?, y de manera expedita respondió, “nuestra fiebre es todo aquello que nos impide vivir hoy y que solo puede desaparecer en el contacto profundo con Jesús”.
Núñez aseguró que Jesús es esa mano tendida que nos agarra para sacarnos de nuestra postración, para conducirnos al servicio de los otros, nuestra humanidad padece actualmente la fiebre de ideologías, violencia y del sin sentido.
“Cuanta fiebre padece nuestra sociedad que nos hace observar con indiferencia los millones de hambrientos en el mundo, la violencia de las guerras y esas estructuras injustas que hunden a tantos pobres en la marginación”, lamentó.
Recalcó que “nuestra humanidad padece actualmente la fiebre de ideologías, de violencia y del sin sentido, cuánta fiebre padece nuestra sociedad que nos hace observar con indiferencia los millones de hambrientos en el mundo, la violencia de las guerras y esas estructuras injustas que hunden a tantos pobres en la marginación”, recriminó el sacerdote.
Lamentó que “vivimos en una sociedad que como la suegra de Simón, está postrada, una humanidad que se siente también enferma, empobrecida y hambrienta”, sin embargo, acotó que el contacto con Jesús despierta vida e interés por los que sufren y pasión por la liberación de todo mal, Jesús es el hombre que infunde vida y restaura todo lo que está enfermo.