Las fiestas no solo traen alegría, a veces también el potencial de conflictos y discusiones. Las opiniones políticas o la presencia de personas confrontativas y negativas pueden empañar estos encuentros. Existen técnicas para sortear los desafíos y disfrutarlas.
Por Infobae
Llega esta época del año y la agenda se llena de eventos que culminan en las reuniones de Navidad y Año Nuevo junto a la familia y los amigos. Todo es entusiasmo y alegría, nadie va a las fiestas en busca de conflictos pero, cuando hay mucha gente reunida y se han bebido algunas copas de más, puede ocurrir un desencuentro inesperado que arruine el festejo.
En las reuniones de fin de año podemos reencontrarnos con la tía amorosa pero también con familiares confrontativos o negativos, que tienen una ideología distinta en todo sentido: política, religiosa y de estilo de vida. Pueden traer temas de conversación incómodos, “mala onda” y no respetar la intimidad del otro. Ante estas situaciones, ¿cómo actuar para evitar una pelea en plena cena familiar?
Los expertos dicen que existen técnicas para minimizar el conflicto. Es posible desviar una conversación, estar en desacuerdo de manera productiva o, si es necesario, defenderse.
La licenciada Gabriela Martínez Castro (MN 18627), especialista en trastornos de ansiedad y directora del Centro de Estudio Especializado en Trastornos de Ansiedad (CEETA), explicó a Infobae en una nota reciente que, a algunas personas se le suma un cuadro de ansiedad social y sufren por anticipado esos encuentros pensando en las reuniones navideñas desde mucho tiempo antes.
“Se preguntan quién irá, dónde se realizará, qué tema de conversación se va a tocar, qué tipo de iluminación habrá, si quedarán o no expuestos, entre otras muchas cuestiones”, indicó la especialista. Pero más allá de estos casos puntuales, los expertos dicen que hay distintas situaciones difíciles que pueden presentarse en una reunión familiar y formas útiles de lidiar con ellas, para realmente disfrutar de estas noches “mágicas”.
Situaciones que producen conflictos
- Cuando alguien nos pregunta sobre algo de lo que no queremos hablar. Por ejemplo, la tía sigue indagando si nos vamos a casar. Celeste Headlee, periodista y autora de “Necesitamos hablar: cómo tener conversaciones importantes”, recomendó lo siguiente: “Hay ciertas personas en nuestras familias que saben cómo presionarnos”. Así que, al asistir a un evento familiar, lo mejor es identificar a las personas “que generalmente hacen eso y mantenerse alejado de ellas”.
Otra solución, señalan los expertos, es decir directamente: “No quiero hablar de eso”. O tomarlo con humor: “¡Qué buena pregunta!”, dejarla sin responder y pasar a otro tema.
- Cuando alguien propone hablar de un tema problemático, por ejemplo, de política. Una forma de sortear la situación es adoptar una actitud positiva, estando dispuesto a aprender algo nuevo, dijo Headlee. “Si participas desde un lugar de curiosidad, es menos probable que actives mecanismos de defensa”. También se puede conversar intentando no ganar, añadió. “Si eliminas esa presión de tratar de convencerlos con hechos y estadísticas, los riesgos disminuyen”.
- Nos arrepentimos de haber asistido a la fiesta. Una celebración es algo que se hace para divertirse o festejar un acontecimiento, por lo tanto es importante ser sinceros con nosotros mismos y festejar con quien realmente se desea hacerlo, dicen los expertos, y si la comida o actividades son un problema, es conveniente dejar de lado protocolos establecidos y comenzar nuevas costumbres adaptadas a las propias necesidades de festejar.
7 estrategias efectivas para evitar conflictos
Para evitar las discusiones existen temas vinculados a la comunicación que es importante gestionar. Pero también hay cuestiones prácticas que evitan problemas, tales como hacer un reparto equitativo de tareas, como también del dinero que se invierta en regalos y compras, y colaborar en la organización y limpieza de la casa que recibe a todos los invitados. Tener la disposición de ayudar siempre aliviará la tensión que puedan tener los anfitriones y contribuirá a crear un mejor ambiente durante la celebración.
- Evitar hablar de política y religión. Hay ciertos temas de los que es mejor no tratar en las fiestas, ya que pueden generar muchas discusiones. Aunque a veces es casi imposible evitarlas, se puede marcar un límite y cambiar de tema cuando se nota que la conversación empeora. Una estrategia puede ser conocer previamente los temas polémicos. Teniendo de antemano una breve lista mental de los temas que pueden ocasionar más conflicto, será posible prevenir con mayor facilidad todo tipo de discusiones innecesarias durante las celebraciones familiares.
- Hacer conversaciones significativas. Las veladas navideñas no siempre son propicias para largas charlas. Sin embargo, las investigaciones muestran que lo que genera conexión entre las personas y evita discusiones son las llamadas “conversaciones significativas”. Coincidir en algo que nos importa e invitar a otros a hacer lo mismo. Compartir algo con propósito puede promover la cercanía y la alegría. Esto podría ser hablar de los objetivos para el nuevo año o de algún aprendizaje que haya cambiado nuestra vida para mejor.
- Aceptar a las personas como son. La doctora María Teresa Calabrese, endocrinóloga, psiquiatra y psicoanalista especializada en enfermedades psicosomáticas, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), de la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA, por sus siglas en inglés) y docente de la Universidad de Buenos Aires, señaló a Infobae en una nota reciente que a veces puede surgir cierta melancolía en las personas y que hay cierta propensión a evitar los sentimientos de tristeza, sin embargo son necesarios, de acuerdo a la experta.
- No tomarse nada de forma personal. Muchas veces se comete el error de tomarse a pecho los comentarios de una persona. Esto puede ponernos a la defensiva y arruinar un buen clima navideño. Para defenderse lo mejor es intentar relativizar la situación, ya que aquello que digan va a afectarnos más o menos según la importancia que le demos.
- Manejar las emociones. “Es importante aprender a escuchar, a ser flexibles y terminar, si es posible, con acuerdos claros. La educación emocional empieza en casa y es una herramienta básica para afrontar con tranquilidad una discusión familiar”, señaló Reyes de la Torre, pedagoga en Acción Familiar Aragonesa (AFA), una ONG dedicada a programas formativos y asistenciales relacionados con la familia.
- Encontrar el lado positivo. Es importante ver un conflicto como una oportunidad para mejorar las relaciones entre los familiares. Reyes de la Torre explicó que “es conveniente no dejar de resolver ningún conflicto. Eso sí, de la manera adecuada, de forma positiva”. Que no se observen conflictos no es síntoma de una familia perfecta. De hecho, la experta señaló que “puede indicar un problema de fondo relacionado con una comunicación familiar deficiente, lo que causa que algunos miembros eviten hablar por ahorrarse las discusiones y retardar así la resolución del problema”.
- No forzar las reconciliaciones. En algunas familias existen enojos que se alargan en el tiempo a través de los años, entre otras cosas porque esas personas raramente se ven. En el caso de que dos o más personas no se lleven bien por el motivo que sea, es importante que sean ellos quienes controlen los tiempos de la reconciliación en caso de que esta ocurra, y que estén dispuestos a ello, dicen en el centro español Adhara Psicología. Además, agregan, hay que evitar forzarlos a hablar entre ellos o hacer actividades juntos, ya que una reconciliación verdadera únicamente será posible de manera natural y no forzada.
Finalmente, los festejos de fin de año son una buena oportunidad para reflexionar acerca de las formas en las que los integrantes de una familia se vinculan. Cada familia es un mundo y la apuesta debe más bien ir por el lado del deseo de cada uno de compartir, de tratar de vivir unas navidades desde el amor, respeto y aceptación hacia nosotros mismos y los que nos rodean de la mayor manera posible.