Una de las estrellas de la coronación de Carlos III, el 6 de mayo, será la impresionante carroza que lo transportará junto con su esposa, la reina consorte Camila, por el centro de Londres, entre el Palacio de Buckingham, la residencia real, y la Abadía de Westminster, donde se realizará la ceremonia.
Por BBC
Pero en esta ocasión las estrellas serán dos porque los reyes utilizarán una carroza para el viaje de ida y otra para el viaje de vuelta.
En una señal de modernidad, Carlos III romperá con la tradición de casi 200 años y no usará el histórico Gold State Coach, que data del siglo XVIII, para llegar hasta el lugar donde será coronado, tal como hizo su madre hace 70 años, y como hicieron todos sus antecesores reales desde 1830.
Solo utilizará esa antigua carroza dorada, que parece salida de un cuento de hadas, para retornar a su residencia londinense junto con la reina consorte una vez que concluya la ceremonia en la Abadía de Westminster.
Para llegar hasta allí, la pareja usará el más nuevo de los carruajes reales: el Diamond Jubilee State Coach, que -como revela su nombre- conmemora el Jubileo de Diamante de Isabel II (cuando cumplió 60 años como monarca, en 2012).
Aunque la casa real no comentó los motivos de este cambio, es probable que tengan algo que ver con algo que confesó la difunta reina en 2018, durante una entrevista con la BBC: que el viaje que hizo en esa carroza para su coronación, en 1953, había sido «horrible».
«No está pensado para hacer viajes, no es nada cómodo», reveló la monarca, explicando que el vehículo, que fue fabricado en 1762, solo tiene un fondo de cuero para amortiguar los golpes de la calle.
La incomodidad del Gold State Coach es legendaria.
Incluso el primer rey que lo usó, Guillermo IV, coronado en 1831, comparó el viaje que realizó en ese carruaje a estar en un barco «en un mar embravecido».
Por el contrario, el Diamond Jubilee State Coach no solo tiene un moderno sistema de suspensión hidráulica que hará que el viaje sea mucho más confortable. También tiene aire acondicionado y ventanas eléctricas.
Ambas carrozas realizarán el mismo trayecto de 2.1 kilómetros entre el Palacio de Buckingham y la Abadía de Westminster, pasando por The Mall, Trafalgar Square y Whitehall. El viaje de vuelta será igual, pero a la inversa.
Así, el incómodo pero espectacular Gold State Coach realizará un recorrido mucho más corto que el que hizo Isabel II, quien, para volver de la Abadía al palacio, en 1953, tomó una ruta de 8 km a través de Londres que incluía Oxford Street y Regent Street.
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