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Secuelas de la pandemia: 10 recomendaciones de la OPS para mejorar la salud mental

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El 80% de las personas con una enfermedad mental grave no reciben tratamiento en la región. Ante este panorama, la Organización Panamericana de la Salud propuso diez líneas de acción inmediatas.

Por Infobae

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y su Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19 lanzaron un informe llamado “Una nueva agenda para la salud mental en la Región de las Américas”, que analiza la situación y ofrece recomendaciones para mejorar la salud mental de la población, la que se vio gravemente afectada por la pandemia de covid-19.

Según estadísticas de la agencia sanitaria panamericana, 8 de cada 10 personas con una enfermedad mental grave no reciben tratamiento en la región. El doctor Jarbas Barbosa, director de la OPS, destacó que esta falta de acceso a la atención se debe a diversos factores previos a la pandemia, entre ellos: la escasa inversión en el área.

“La Región de las Américas está haciendo frente a una gran crisis de salud mental desde hace tiempo. A pesar de que la prevalencia de los trastornos mentales y por consumo de sustancias psicoactivas es elevada, la mayor parte de las personas que presentan estos problemas no reciben la atención vital que necesitan. La buena salud mental es mucho más que la mera ausencia de problemas de salud mental: es esencial para la salud y el bienestar generales, la calidad de vida, y la capacidad de prosperar y alcanzar nuestro mayor potencial como parte de la comunidad más amplia”, expresó el doctor Jarbas Barbosa en la rueda de prensa.

Cuando una persona no puede prosperar ni alcanzar su máximo potencial, “nuestra sociedad en su conjunto se queda atrás”, enfatizó Barbosa.

El informe declara en su introducción que las necesidades de salud mental insatisfechas en la Región de las Américas son una de las principales causas de morbimortalidad, y tienen enormes consecuencias sociales, económicas y para la salud. Además, la pandemia de COVID-19 ha exacerbado la crisis de la salud mental en la región, “por lo que se necesita una acción urgente en los niveles más altos del gobierno y en todos los sectores con el propósito de reconstruir para mejorar los sistemas y servicios de salud mental ahora y en el futuro”, señala el informe.

Además de Barbosa, participaron de la conferencia la doctora Epsy Campbell Barr, presidenta de la Comisión y ex vicepresidenta de Costa Rica; el embajador Néstor Méndez, copresidente de la Comisión y Secretario General Adjunto de la Organización de los Estados Americanos (OEA)y Renato Oliveira e Souza contacto chief, Mental Health and Substance Use, OPS/OMS.

El impacto de la pandemia
En el informe se destaca que el COVID-19 influyó en la salud mental de la Región de una forma que no tiene precedentes. “La pandemia creó nuevos problemas de salud mental para muchas personas de todas las generaciones. Los servicios de salud mental débiles y con escasez crónica de recursos enfrentaron grandes interrupciones porque los sistemas de salud no respondieron de manera adecuada a los desafíos de la emergencia mundial de salud pública. Sin embargo, un aspecto positivo de la pandemia fue que estimuló la adopción de enfoques innovadores de la atención de salud mental, como la telesalud mental, y demostró la capacidad de nuestra región para hacer frente a la adversidad con solidaridad y compasión”, señaló Barbosa en el estudio.

“Si bien la salud mental ha representado históricamente una fuente importante de discapacidad y mortalidad en las Américas, al representar casi un tercio de todos los años vividos con una discapacidad, la pandemia aumentó aún más los factores de riesgo de los problemas de salud mental, como el desempleo, la inseguridad económica y el duelo y la pérdida”, agregó.

El Director de la OPS destacó que esta falta de acceso a la atención se debe a diversos factores previos a la pandemia, entre ellos: la escasa inversión en el área, sólo el 3% de los presupuestos de salud de los países se destina a la salud mental; la dependencia de la hospitalización de larga duración cuando la mayoría de los problemas de salud mental pueden resolverse con atención en la comunidad; la escasez crónica de personal de salud mental capacitado; y el acceso reducido a los servicios para las personas que viven en situaciones de vulnerabilidad. Dado este panorama La OPS pidió aumentar al 5 % el presupuesto destinado a la salud mental.

Para abordar estas cuestiones, en mayo de 2022 la OPS estableció la Comisión de Alto Nivel sobre Salud Mental y COVID-19. La Comisión, que está integrada por 17 expertos de gobiernos, sociedad civil, el mundo académico y personas con experiencia de vida en salud mental, elaboró un reporte con orientaciones para la OPS sobre cómo promover la salud mental en la región durante y después de la pandemia.

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