Tegucigalpa/Vaticano – El Papa Francisco fortalece los lazos con la arquidiócesis de Honduras al entregar los palios arzobispales a los monseñores José Vicente Nácher Tatay y Miguel Lenihan, arzobispos de Tegucigalpa y San Pedro Sula, respectivamente, en una solemne ceremonia llevada a cabo el jueves 29 de junio en la Basílica de San Pedro, en la ciudad del Vaticano.
La entrega de los palios, símbolos de unión entre los arzobispos y la Santa Sede, tuvo lugar después de una misa celebrada en el corazón de la Ciudad del Vaticano. Este importante gesto refuerza el compromiso y la responsabilidad de los arzobispos como pastores de sus respectivas arquidiócesis.
El Papa Francisco, en un acto lleno de significado, otorgó los palios arzobispales no solo a los monseñores Nácher Tatay y Lenihan, sino también a otros 30 arzobispos, invitándolos personalmente a recibir este distintivo honorífico.
El palio arzobispal, confeccionado en lana blanca, adopta la forma de un collar con dos extremidades y presenta seis cruces bordadas en ellas. Este símbolo representa el compromiso aún mayor que los arzobispos adquieren con el pueblo de Dios al que sirven como pastores.
La entrega de los palios arzobispales por parte del Papa Francisco es un reconocimiento a la labor y el servicio de estos líderes religiosos en sus respectivas arquidiócesis.
Este acto también simboliza la comunión y la cercanía entre la Santa Sede y la Iglesia en Honduras, fortaleciendo los lazos espirituales y pastorales en la región.
Los monseñores Nácher Tatay y Lenihan, junto con los demás arzobispos que recibieron los palios, asumen esta distinción con humildad y compromiso renovado para seguir guiando y pastoreando al pueblo de Dios en sus comunidades.
La entrega de los palios arzobispales por parte del Papa Francisco es un momento de gran importancia para la Iglesia hondureña, ya que representa una conexión directa y un respaldo significativo desde la máxima autoridad de la Iglesia Católica.
Este acto de entrega refuerza la misión y el servicio de los arzobispos en sus respectivas arquidiócesis y simboliza la unidad y la comunión entre la Santa Sede y la Iglesia local.