Tegucigalpa – El proyecto de la Ley de Justicia Tributaria en Honduras sigue generando tensiones y divisiones en la sociedad.
El oficial de la gerencia de política económica del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), Alejandro Kaffati, ha expresado su preocupación respecto a la convocatoria de una marcha para apoyar esta ley, argumentando que solo aumentará la polarización política y social en el país.
Desde el Cohep, se han mostrado firmes en su postura y han dejado claro que la forma en que está redactada la Ley de Justicia Tributaria no es viable para Honduras. Si bien no están en contra de una reforma tributaria, consideran que la versión actual no es beneficiosa ni económicamente sostenible para la nación.
Advierten que esta iniciativa podría poner a Honduras en desventaja frente a otros países de la región, como Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Kaffati insiste en que se necesita un pacto fiscal que permita alcanzar consensos mínimos para una reforma tributaria adecuada. Además, señala que es imprescindible revisar las exoneraciones fiscales utilizando técnicas imparciales, sin verse influenciados por ideologías políticas.
En el contexto de la creciente tensión, el Centro de Estudio Para la Democracia (CESPAD) ha convocado a una marcha de las antorchas para exigir la instalación de la Comisión Internacional Contra la Corrupción e Impunidad en Honduras (CICIH) y la derogación de los «pactos de impunidad».
Ante esta convocatoria, el gobierno ha anunciado la organización de una marcha paralela para el mismo día y hora. Como respuesta, las bases del partido Libertad y Refundación (Libre) también han llamado a movilizaciones en el mismo lugar y momento.
El asesor presidencial, Manuel Zelaya, ha respaldado esta iniciativa a través de sus redes sociales.
La situación se presenta tensa y compleja, con diferentes actores buscando hacer valer sus posiciones en torno a la Ley de Justicia Tributaria y otras demandas relacionadas con la lucha contra la corrupción.
La polarización y las manifestaciones públicas reflejan el profundo descontento y las divergencias que persisten en la sociedad hondureña en relación con temas cruciales para el país.