Entre el 10% y el 30% de la población mundial la padece. La Organización Mundial de la Alergia alertó sobre el efecto del cambio climático.
Por Infobae
La Organización Mundial de la Alergia dispuso para el último Día Mundial de esta enfermedad, el pasado 8 de julio, que el lema de este año sería “El cambio climático empeora las alergias”, con el objetivo de generar conciencia, difundir y visibilizar esta patología.
En la última década, sobre todo en los últimos tres años, se han hecho sentir con especial rigor los diferentes acontecimientos meteorológicos extremos y la variabilidad de la temperatura. El calentamiento global progresa a pasos agigantados por el efecto invernadero provocado por gases, como el dióxido de carbono, el metano y otros.
Estos gases aumentan la temperatura y son, en parte, responsables de las consecuencias del cambio climático que, entre otras son:
-Las sequías prolongadas
-Las precipitaciones intensas
-Las olas de calor en el hemisferio norte
-Los incendios
-Las modificaciones en el estilo de vida
-Los cambios bruscos en la temperatura del ambiente, que aumenta aún en época invernal, y afectan los ecosistemas naturales, los cultivos y, de manera notable la salud.
Las plantas ayudan a combatir el cambio climático, pues absorben los gases como parte del proceso de fotosíntesis, esa serie de reacciones celulares que transforman la energía solar en energía química para alimentarse. El cambio climático causa un aumento y aceleración en la fotosíntesis, ya que aumenta la velocidad en las fases reproductivas de las plantas como la floración y, en consecuencia, se incrementa la polinosis y las concentraciones de aeroalergenos son mayores. Esto promueve la aparición de enfermedades más intensas como la rinitis alérgica.
Se estima que estos cambios en la temporada de polen se están adelantando a razón de cinco días por década.
¿Qué son las alergias y cómo se producen?
En el mundo hay entre 400 a 600 millones de personas que son alérgicas y se cree que la mitad de la humanidad para el año 2050 será alérgica.
Entre el 10 % al 30 % de la población mundial tiene rinitis alérgica, que es la inflamación de la mucosa que recubre las fosas nasales. En nuestro país, la prevalencia de rinitis alérgica es del 20,5 %, y cada 5 personas hay una con esta enfermedad.
Las alergias se originan en el sistema inmunitario, cuya función habitual es la de defensa. En las personas alérgicas, el sistema inmunitario confunde una sustancia inofensiva con un agente invasor y aparecen las reacciones alérgicas con sus dos fases, inmediata y tardía.
Quienes sufren de alergias y experimentan estas reacciones suelen tener una historia familiar de alergia, es decir una carga genética del padre, la madre, ambos o los hermanos, y el medio ambiente juega un papel importante. En ellos, el sistema inmunitario presenta una reacción sobre exagerada.
Se conoce con el nombre de alergenos a los desencadenantes de estas reacciones. Hay alérgenos que son extradomiciliarios, entre los que se incluyen los pólenes y, en especial, los provenientes de los plátanos (enemigos número uno de las personas alérgicas), fresnos y cipreses, entre otros.
Como la polinización comienza antes y termina más tardíamente, se prolonga y los pólenes abundan en el aire, permanecen más tiempo en la atmósfera. Como tienen un peso molecular muy bajo y son muy livianos, el viento colabora en su transporte. Por otra parte, en esta época del año los días son más ventosos, esto hace que los pólenes caigan al suelo, se rompan por choque osmótico y se liberan sustancias bioactivas. Entre estas sustancias se encuentran azúcares, lípidos y hormonas que se unen a las células inmunitarias, que responden en las personas alérgicas con síntomas más agresivos.
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