Soldados amotinados afirmaron haber tomado el poder en Gabón el miércoles y pusieron al presidente bajo arresto domiciliario horas después de que fuese declarado vencedor de unas elecciones que prolongaban los 55 años de gobierno de su familia en la nación centroafricana rica en petróleo.
Por AP
En un video grabado aparentemente desde su residencia, donde estaba retenido, el presidente, Ali Bongo Ondimba, pidió a la gente que “haga ruido” para apoyarle. Pero en su lugar, una multitud salió a la calle y cantó el himno nacional para celebrar el intento de golpe de Estado contra el vástago de una dinastía acusada de enriquecerse a costa de los recursos del país mientras muchos de los ciudadanos luchan por sobrevivir.
El alzamiento se produjo horas después de que Bongo, de 64 años, fuera declarado ganador de unos comicios marcados por el temor a la violencia.
Minutos después del anuncio se escucharon disparos en el centro de la capital, Libreville. Una docena de soldados uniformados aparecieron en la televisora estatal más tarde y anunciaron que habían tomado el poder.
La multitud salió a las calles de la ciudad para celebrar el final del reinado de Bongo con los soldados.
“Gracias, ejército. Por fin, llevábamos mucho tiempo esperando este momento”, afirmó Yollande Okomo, frente a soldados de la guardia republicana, un cuerpo de élite.
“Larga vida a nuestro ejército”, sentenció Jordy Dikaba, un joven que caminaba junto a sus amigos por una calle custodiada por policías armados.
Más tarde, Bongo pidió apoyo en un video en el que aparecía sentado en una silla con una estantería de fondo. Afirmó que estaba en su residencia y que su esposa y su hijo estaban en sitios distintos.
“Les pido que hagan ruido, que hagan ruido, que hagan ruido de verdad”, afirmó. La grabación fue compartida con The Associated Press por BTP Advisers, una empresa de comunicación que ayudó al presidente con las encuestas electorales.
Los soldados pretendían “disolver todas las instituciones de la república”, dijo un vocero del grupo, compuesto por efectivos de la gendarmería, de la guardia republicana y de otras facciones de las fuerzas de seguridad.
La compañía minera francesa Eramet comunicó el cese de sus operaciones en Gabón y dijo que inició los procedimientos para garantizar la seguridad de su personal y sus instalaciones. Sus filiales en el país explotan la mayor mina de manganeso del mundo y una empresa de transporte ferroviario.
Según la empresa privada de inteligencia Ambrey, se suspendieron todas las operaciones en el principal puerto del país en Libreville y las autoridades se negaban a autorizar la salida de barcos. En el aeropuerto internacional Léon-Mba de la capital, un vuelo sufrió demoras a primera hora de la mañana. Un hombre que respondió a un número de teléfono del aeródromo, dijo a The Associated Press que los vuelos estaban cancelados el miércoles.
El intento de golpe de Estado se produce casi un mes después de que soldados alzados en Níger arrebataron el poder del gobierno elegido democráticamente, y es el último de una serie de alzamientos que desafían a gobiernos con vínculos con Francia, la antigua potencia colonial de la región. Si triunfa, la rebelión de Gabón elevaría a ocho el número de golpes de Estado registrados en África central y occidental desde 2020.
En su discurso anual con motivo del Día de la Independencia el 17 de agosto, Bongo señaló que “Aunque nuestro continente se ha visto sacudido por crisis violentas en las últimas semanas, tengan la seguridad de que nunca permitiré que ustedes y nuestro país, Gabón, sean rehenes de intentos de desestabilización. Jamás”.
Al diferencia de Níger y otras dos naciones del oeste de África gobernadas por juntas militares, Gabón no se ha visto azotado por la violencia yihadista y se consideraba un país relativamente estable. Tiene una población de más de dos millones de personas, pero cerca del 40% de los gaboneses de entre 15 y 24 años estaban desempleados en 2020, según el Banco Mundial.
En su discurso en agosto, Bongo reconoció la frustración generalizada por el aumento del costo de la vida y enumeró las medidas tomadas por su gobierno para limitar el precio del combustible, abaratar la educación y estabilizar el precio del pan.
Gabón forma parte del cártel petrolero OPEC, con una producción de alrededor de 181.000 barriles de crudo al día que lo convierte en el octavo máximo productor del África subsahariana.
En un momento en que el sentimiento antifracés se extiende por muchas de las antiguas colonias, Bongo, educado en Francia, se reunió con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, en París a finales de junio y compartió imágenes en las que aparecían estrechándose la mano.
Francia tiene 400 soldados en el país que dirigen una operación regional de formación militar. Según el ejército francés, sus operaciones no se vieron alteradas el miércoles.
La primera ministra francesa, Elisabeth Borne, indicó el miércoles que “Estamos siguiendo la situación en Gabón muy de cerca”.
Los soldados amotinados prometieron respetar los “compromisos de Gabón con la comunidad nacional e internacional”.
La familia de Bongo lazos con la expotencia colonial que se remontan a las cuatro décadas de gobierno de su fallecido padre, Omar Bongo. Estos vínculos han objeto de escrutinio judicial en los últimos años.
Varios miembros de la familia están siendo investigados en Francia y algunos están acusados de cargos preliminares de malversación, lavado de dinero y otras formas de corrupción, según la prensa francesa. Los procesos estuvieron impulsados en parte por el esfuerzo en pos de la justicia de organizaciones no gubernamentales que llevan tiempo acusado a varios jefes de Estado africanos de malversar fondos públicos y de ocultarlos en Francia.
Bongo buscaba la reelección para un tercer mandato. Gobernó durante dos legisladoras tras su llegada al poder en 2009, luego de la muerte de su padre. Otro grupo de soldados amotinados lanzó un breve y fallido golpe de estado en enero de 2019, mientras el dirigente estaba en Marruecos recuperándose de una dolencia.
En los comicios de la semana pasada, Bongo se enfrentó a una coalición de oposición liderada por Albert Ondo Ossa, profesor de Economía y exministro de Educación, que había sido nominado por sorpresa una semana antes.
Todas las votaciones celebradas en Gabón desde la vuelta del país a un sistema multipartidista en 1990 han terminado en violencia. Los choques entre las fuerzas gubernamentales y los manifestantes tras los comicios de 2016 dejaron cuatro fallecidos, de acuerdo con las cifras oficiales. La oposición sostiene que el número de muertos fue mucho más alto.
Por temor a la violencia, muchos residentes en la capital fueron a visitar a familiares en otras partes del país o se marcharon de Gabón. Otros hicieron acopio de comida o reforzaron la seguridad en sus casas.
Tras la votación de la semana pasada, el ministro de Comunicaciones, Rodrigue Mboumba Bissawou, anunció un toque de queda entre las 19:00 y las 06:00 horas, y dijo que el acceso a internet quedaría restringido indefinidamente para atajar la desinformación y los llamados a la violencia.
NetBlocks, un grupo que monitorea el acceso a internet en todo el mundo, dijo que el servicio se había “restablecido parcialmente” tras el golpe.