Tegucigalpa – El exviceministro de la Secretaría de Derechos Humanos (SEDH), Guido Eguigure, ha hecho eco de las inquietudes que circulan en torno a la gestión de la titular de la oficina, Natalie Roque, señalando un clima tenso que afecta la tranquilidad de los empleados de la institución.
Según Eguigure, hay numerosas denuncias presentadas ante el Comisionado de Derechos Humanos y el Ministerio Público que ponen en entredicho la labor y el ambiente laboral en la SEDH.
Esta situación, dice, contrasta drásticamente con la función esencial de la institución, que debería ser un bastión para la defensa y promoción de los derechos de todos los hondureños, especialmente de los grupos más vulnerables en el país.
La crisis interna en la SEDH se profundiza con la falta de diálogo y entendimiento entre las autoridades y los empleados, una situación que persiste a pesar de los esfuerzos de los trabajadores por resolverla pacíficamente.
Mientras tanto, fuera de la institución, casos alarmantes como los asesinatos de defensores de la tierra en la zona del Aguán siguen ocurriendo, agravando la percepción de la inacción o la insensibilidad institucional.
Eguigure también ha cuestionado la efectividad del mecanismo de protección para defensores, periodistas y abogados, señalando la falta de personal y recursos como factores clave que comprometen su funcionamiento.
La derogación de los fideicomisos, que antes apoyaban este tipo de programas, ha exacerbado la situación, dejando a muchos en una posición vulnerable.
En cuanto a su renuncia y la difusión pública de su documento privado, Eguigure ha expresado su frustración por la violación de sus derechos y la falta de respuesta por parte de la presidenta de Honduras, Xiomara Castro.
Además, destaca que existen múltiples denuncias contra Natalie Roque, algunas de las cuales han sido elevadas ante instancias como el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos y la Fiscalía hondureña.
El testimonio de Eguigure destaca la necesidad urgente de abordar las preocupaciones y los desafíos internos en la SEDH, así como de restablecer la confianza y la eficacia en la protección de los derechos humanos en Honduras.
