El expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue descrito por un fiscal el miércoles ante el tribunal federal que lo juzga por tráfico de drogas como un político corrupto que permitió que los mayores narcotraficantes del país financiaran su ascenso al poder. En cambio, su abogado defensor lo presentó como un mandatario heroico que combatió el narcotráfico junto con las autoridades estadounidenses.
Por AP
El juicio a Hernández comenzó dos años después de su arresto y extradición a Estados Unidos para responder a acusaciones de tráfico de drogas y armas. Fue presidente de Honduras durante dos períodos, de 2014 a 2022, y gobiernos tanto demócratas como republicanos lo consideraban beneficioso para los intereses estadounidenses en Centroamérica.
El fiscal federal David Robles señaló brevemente a Hernández, sentado a la mesa de la defensa y vestido con traje, cuando dijo que se había vendido a los narcotraficantes a cambio de ayuda para asegurar su éxito político.
“Durante años trabajó codo a codo con algunos de los narcotraficantes más grandes y violentos de Honduras para enviar tonelada tras tonelada de cocaína aquí a Estados Unidos, traficantes que financiaron su ascenso al poder con sobornos por millones de dólares”, dijo Robles, y añadió que entre sus aliados estaba el poderoso cartel mexicano de Sinaloa.
A cambio de ello, dijo el fiscal, abusó de su poder para que las fuerzas armadas, la policía y la justicia hondureñas protegieran y apoyaran a los traficantes.
Hernández llegó a jactarse en una reunión con traficantes que “juntos meterían las drogas en las narices de los gringos, de los estadounidenses”, dijo Robles.
Por su parte, el abogado defensor Renato Stabile dijo que Hernández fue candidato a legislador representando a su provincia rural en el oeste de Honduras porque quería liberar a su país del azote del narcotráfico. Fue presidente del congreso antes de ser presidente de la nación.
Stabile advirtió a los jurados que desconfiaran de los testigos del gobierno, en particular de varios hombres que habían matado a decenas de personas y esperaban que su testimonio les valieran sentencias menores.
“Si miran alrededor de esta sala, la cantidad de gente que mataron probablemente es mayor que la de los presentes”, dijo el jurado en la sala atestada. Algunos testigos torturaron gente y mataron niños, aseguró.
“Esta es gente depravada. Son psicópatas. Son gente indigna de que ustedes crean y confíen en ellas”, dijo Stabile.
El abogado dijo que Honduras era la capital mundial del asesinato un año antes de que Hernández fuera presidente y él redujo la tasa de homicidios en más del 50% al enfrentar a las pandillas y carteles.