Tegucigalpa – La economía hondureña inició el 2025 con una tasa de inflación mensual del 0.61%, según el más reciente informe del Banco Central de Honduras (BCH). El dato más significativo es la reducción de la inflación interanual, que se situó en 4.27%, mostrando una notable mejoría respecto al 5% registrado en el mismo período del año anterior.
Los subsidios implementados por el gobierno en materia de combustibles y energía eléctrica han jugado un papel crucial en la contención inflacionaria. Según el BCH, estas medidas han permitido una reducción de aproximadamente 0.50 puntos porcentuales en la tasa interanual, que sin estos apoyos se hubiera situado en 4.77%.
Sin embargo, el sector de alimentos y bebidas no alcohólicas experimentó presiones al alza, principalmente debido a los efectos residuales de la tormenta tropical Sara, que afectó al país a finales de 2024, impactando la oferta de granos básicos y, consecuentemente, los precios al consumidor final.
En contraste, varios sectores mostraron un comportamiento más favorable, contribuyendo a moderar la inflación. Entre estos destacan los rubros de muebles y artículos para el hogar, prendas de vestir y calzado, así como recreación y cultura, que registraron aportes menores al índice inflacionario de enero.
La inflación subyacente, un indicador que excluye los productos de mayor volatilidad, se situó en 5.05% interanual, superando levemente el rango de tolerancia establecido en el Programa Monetario vigente. Este incremento se atribuye principalmente al alza en los precios de alimentos industrializados y servicios esenciales como alquiler de vivienda, educación, transporte y salud.
Es importante destacar que Honduras concluyó el 2024 con una inflación del 3.88%, la más baja registrada en los últimos ocho años, representando una disminución de 1.31 puntos porcentuales respecto al año anterior. Este dato refleja la efectividad de las políticas monetarias y económicas implementadas para mantener la estabilidad de precios en el país.
A nivel regional, todas las zonas del país experimentaron variaciones positivas en sus índices de precios, principalmente influenciadas por incrementos en alimentos, combustibles y productos de cuidado e higiene personal, manteniendo un patrón consistente con la tendencia nacional.