Tegucigalpa – La crisis política desatada por los problemas logísticos en las elecciones primarias de Honduras alcanzó un nuevo nivel de gravedad este martes, cuando la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Cossette López, lanzó graves acusaciones contra las Fuerzas Armadas, señalándolas directamente de sabotear el proceso electoral.
Durante su intervención en el programa «Frente a Frente» de Televicentro, conducido por Renato Álvarez, López denunció que «los militares dieron la orden a los chóferes de los buses para que se estacionaran y paralizaran el transporte de las urnas y los votos», y que cuando el personal del CNE fue a buscar el material electoral, los militares «alertaron a los mismos para que cambiaran de sitio».
«Veo un plan estratégico para desmantelar la institucionalidad», declaró categóricamente López, pintando un inquietante panorama de lo que podría interpretarse como un intento deliberado de obstaculizar las elecciones.
La funcionaria relató un episodio que respaldaría su acusación: «13 personas, de las cuales nueve eran mujeres, fueron a buscar las maletas y desde el CNE les avisaron a los chóferes que se fueran para que no los agarraran». Según López, «los chóferes nos dijeron que ellos habían estado estacionados por horas por órdenes de los militares».
En su denuncia, López reveló que el mismo domingo tuvieron que llamar al general Roosevelt Hernández, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, para que regresara urgentemente a Tegucigalpa, ya que «se encontraba en Choluteca y había decidido recorrer el país en un helicóptero» mientras se desarrollaba la crisis.
Las declaraciones de López también expusieron un profundo conflicto interno en el seno del CNE, dirigiendo fuertes críticas contra su compañero consejero Marlon Ochoa, a quien acusó de «torturar al personal de la institución con sus actitudes y ataques con su afán de proteger a las Fuerzas Armadas».
«Si él se quiere autoinmolar por su reina y las Fuerzas Armadas que lo haga, pero que no afecte al personal del CNE que ha trabajado por 20 horas para sacar adelante las elecciones», expresó López, utilizando un lenguaje que sugiere profundas divisiones políticas dentro del organismo electoral.
La presidenta del CNE aceptó que hubo retrasos en las imprentas, pero subrayó que eso no justifica que las urnas que «salieron a las siete de la mañana del centro logístico del INFOP» no llegaran a tiempo a colonias cercanas como Miraflores, Kennedy, Las Palmas y otras.
Ante la gravedad de los hechos, López pidió una investigación imparcial y la conformación de una «comisión de la verdad», expresando su desconfianza hacia el Ministerio Público: «sabemos que el MP tampoco goza de la credibilidad que se necesita en un momento tan desgraciado». Según denunció, «fiscales del Ministerio Público nunca salieron del centro logístico y del programa de Transmisión Electoral Preliminar (TREP), pero nunca salieron a buscar ni un solo bus estacionado con los materiales electorales que se encontraban en las calles».
Estas graves acusaciones se producen en medio de la polémica desatada tras las elecciones primarias celebradas el domingo, donde los hondureños acudieron a las urnas para elegir a los candidatos presidenciales, a diputados y alcaldes por los partidos Nacional, Liberal y Libre, en un proceso que ha quedado marcado por las denuncias cruzadas entre las principales instituciones responsables de garantizar su correcto desarrollo.
