En el Festival de Málaga 2025, Mario Casas presenta Muy lejos (Molt lluny), un drama dirigido por Gerard Oms que lo lleva a explorar la identidad, la masculinidad tóxica y la inmigración. Tras su exclusión de los Premios Goya 2025 por Escape, el actor sigue apostando por personajes complejos. En esta ocasión, encarna a un hincha del Espanyol que, tras un ataque de pánico en Utrecht, decide quedarse sin dinero, sin hogar y sin rumbo, enfrentando un viaje de autodescubrimiento.
Por Infobae
Desde la primera escena de Muy lejos, que se estrenará el 4 de abril, el espectador se encuentra con un hooligan exaltado, que grita en las gradas y cuya masculinidad tóxica se manifiesta en cada uno de sus gestos. Casas le describe así su personaje a Fotogramas: “De repente, te encuentras con un personaje con una máscara dura, muy marcado por el fútbol, por la familia, un tipo homófobo y racista. Si el punto de partida es ese y lo que está escondiendo es algo que no va con todo eso, choca”.
La película, que fue presentada en la Sección Oficial del Festival de Málaga 2025, no se limita a la exploración de la identidad sexual reprimida del protagonista, sino que también aborda la crisis de la vivienda, la dificultad del inmigrante en Europa y la necesidad de romper con estructuras impuestas desde la infancia. “La película habla de muchísimas más cosas que la sexualidad: habla de una sociedad, de muchos que se fueron de España en la época de la crisis y de un tipo racista que tiene que aprender a dejar de serlo”, explica Casas.
La relación de Mario Casas con Gerard Oms no es nueva. Se conocieron en No matarás, donde Oms fue su coach de interpretación, y desde entonces el diálogo creativo entre ambos se mantuvo. “Nos hicimos amigos rodando No matarás, en la que él era el coach. Enseguida vi el talento que tenía, no solo para dirigir actores, sino también como guionista y director. Una noche le dije: ‘¿no has escrito nunca nada? Creo que tienes la madera y el talento para ser director de cine’”, admitió en una entrevista con Rtve.
“Hace cinco años le pregunté por escribir un guion, por dirigir… Quería saber si no se atrevía y aquí estamos”, revela el actor. Muy lejos es, en gran parte, una historia que Oms vivió en carne propia: “No es 100% autobiográfica, pero sí es una historia que Gerard Oms vivió al 70%: él se fue a Utrecht, tenía que escapar, descubrirse a sí mismo y buscar respuestas”.
El rodaje en los Países Bajos sirvió para construir la autenticidad del personaje, pero más importante, le permitió a Casas experimentar una sensación inusual: la de no ser reconocido. “Fue una experiencia increíble estar seis semanas allí, ir por esos canales, pasear, estar rodando allí y que no te conociera nadie”, confiesa.
También admitió: “¡El segundo día me robaron la bici! Que es justo lo que le pasaba al personaje en el guion. Bajé y se la habían llevado”.
El silencio como postura y el compromiso con la realidad
Más allá de la película, Mario Casas es consciente de que las temáticas que aborda su personaje están en el centro del debate social. En un momento de la conversación con Fotogramas admite contundente: “Hay cosas que me callo porque sé que mi opinión va a generar debate, pero intento estar comprometido con todo”. La frase refleja la tensión entre la responsabilidad pública de un actor con su nivel de exposición y la necesidad de resguardar su espacio personal.
Casas evita los discursos prefabricados y prefiere que su trabajo hable por sí mismo. En Muy lejos, su personaje enfrenta de lleno el racismo y la xenofobia, y el actor reconoce la importancia de ponerse en la piel del otro: “Nada como ponerse en la piel del otro para entenderlo”, reflexiona al hablar de la situación de los inmigrantes que, como su personaje, se ven obligados a realizar trabajos precarios en el extranjero.
El film también refleja las desigualdades económicas y el problema de la vivienda, algo que Casas reconoce como una realidad preocupante: “En la película esto es importante, es parte de lo que le sucede al personaje en otro país”, comenta. Sin embargo, evita ahondar en posturas políticas: “Yo puedo hablar de lo humano que le pasa a él en ese viaje y cómo en Holanda lo acogen a él”.
A lo largo de su filmografía, Mario Casas ha interpretado personajes icónicos cuya vestimenta ha quedado grabada en la memoria colectiva. Desde la chupa de cuero de Tres metros sobre el cielo hasta el chándal y la camiseta del Espanyol de Muy lejos, el vestuario juega un papel clave en la construcción de sus personajes. “El personaje de Muy lejos tiene pocas prendas y le vemos siempre con la misma ropa. Nos gustaba mucho este tipo de cine», explica.
En Muy lejos, su personaje recuerda cómo su abuela le enseñó a chascar patatas, un detalle que conecta con su propia historia: “Te podría decir que de quien más he aprendido es de mi madre, que es la que más me ha enseñado y me sigue enseñando”.
En Muy lejos, interpreta a un hombre que, al igual que muchos, debe enfrentarse a sus propios miedos y a la carga de su educación para encontrar su verdadero ser. Y en la vida real, sigue eligiendo los proyectos que lo desafían. Aunque, a veces, prefiera callar ciertas opiniones, su trabajo sigue siendo su mayor declaración.