Denver (CO), (EFE).- Una nueva inteligencia artificial desarrollada por investigadores de Utah permitió detectar conexiones antes desconocidas entre enfermedades de hispanos, lo que permitiría desarrollar nuevos y mejores tratamientos para esos pacientes, revela un artículo difundido este martes en la revista especializada PLOS Digital Health.
Según el artículo, investigadores de la Universidad de Utah y del Hospital Infantil Primario en Salt Lake City crearon una inteligencia artificial capaz de analizar 1,6 millones de historias clínicas digitalizadas y, sobre esa base, determinar la correlación entre dos o más trastornos o enfermedades, lo que técnicamente se llama comorbilidad.
Específicamente, la nueva inteligencia artificial se enfocó en analizar la conexión de la salud cardiovascular con el origen étnico de los pacientes, así como el riesgo de que pacientes de ciertos grupos étnicos, al padecer de una enfermedad del corazón también padezcan de otra, incluso si la segunda enfermedad aún no ha sido detectada por los médicos.
En ese contexto, la inteligencia artificial descubrió que los pacientes hispanos con fibrilación auricular (latido irregular de las cámaras superiores del corazón) tienen un riesgo 61 veces mayor de padecer también de disfunción del nódulo sinoauricular (incapacidad del corazón de ajustar su ritmo a las necesidades del cuerpo).
Como comparación, ese aumento de riesgo se reduce a 40 veces entre pacientes afroamericanos y a 30 veces entre los blancos.
Eso significa, explica el estudio, que no se puede tratar a los hispanos con fibrilación auricular de la misma manera que a las personas de otros grupos étnicos con esa misma enfermedad porque la “morbilidad asociada” es distinta en cada caso, aunque frecuentemente se trata de manera similar a todos los pacientes.
Un análisis de pacientes con enfermedades cardiacas congénitas o esperando un trasplante de corazón arribó a los mismos resultados.
“Nuestro estudio ilumina la comorbilidad y el contexto demográfico que rodea a estas enfermedades cardiovasculares claves en el oeste de Estados Unidos. El estudio demuestra la manera en que nuestro enfoque puede responder a las disparidades en cuidados de salud con resultados precisos y cuantitativos en el contexto específico del sistema de cuidados médicos”, escribieron los investigadores.
En declaraciones preparadas al presentar el reporte, el doctor Martin Tristani-Firouzi, coautor del estudio y cardiólogo pediátrico en la Universidad de Utah, sostuvo que la nueva inteligencia artificial podría aplicarse a otros riesgos de enfermedad, incluyendo cáncer, diabetes, problemas de la tiroides “y cualquier otro término médico que uno pueda imaginarse”.
“Podemos usar esta inteligencia artificial para refinar el riesgo de virtualmente cualquier diagnóstico médico”, enfatizó Tristani-Firouzi, agregando que eso es algo que los médicos no pueden hacer debido a la limitada información de la que individualmente disponen.
En definitiva, concluye el estudio, debe mejorarse el estudio del impacto que la morbilidad asociada y la etnicidad tienen en la salud de los pacientes, algo que, por la inmensa y siempre creciente cantidad de historias clínicas digitales, “ya no puede hacerse a mano”.
A la vez, dice el reporte, tampoco puede hacerse ese análisis con la tecnología existente de inteligencia artificial (la que usó la Universidad de Utah se limitó a ese estado) ni con las leyes actuales que protegen la privacidad de los pacientes.