Por: Vittorio Basté Bonafont
El pasado viernes 11 de marzo de 2022 hemos cumplido dos años, desde la declaratoria de pandemia por parte de la OMS, debido al azote ecuménico, conocido pandemia COVID-19 enfermedad provocada por el SARS-CoV-2.
Pero, salta una incógnita amigos, ¿Estamos próximos a cantar victoria? Respecto a superar esta situación de dimensión universal. ¿América Latina está apta para levantar las medidas? Los indicadores internacionales, es decir los índices de contagios y fallecimientos han mermado considerablemente en las últimas semanas según las fuentes oficiales de la OMS y algunos Estados en el mundo. Lo que nos lleva a suponer que el COVID-19 se aplaca.
Estaríamos cercanos al tan esperado restablecimiento socioeconómico; situación muy favorable para los niveles financieros y laborales en todos los sentidos. Ahora bien, hay que tener en cuenta que desde el 23 de febrero la injustificable y repudiable invasión rusa a Ucrania acapara la atención de la sociedad internacional y prácticamente el tema pandemia ha sido relegado a un escenario secundario. A ello se suma que el cambio en la dinámica de transmisión luego de la virulencia de la variante ómicron del SARS-CoV-2 hace suponer que el COVID-19 tiende a aplacarse. Dicho lo cual apreciados lectores, salta otra interrogante ¿Podemos empezar a hablar de un estadio post-pandemia o todavía debemos asumir un tercer año con alguna u otra restricción, en América Latina?
Pregunto porque precisamente nuestra región ha sido una de las más perjudicadas por la pandemia y ha desnudado las falencias de nuestros sistemas sanitarios, que entre otras cosas en muchos de nuestros países, a más de las limitantes per se, desafortunadamente hemos visto un sistema de corrupción atroz. Lo que nos pone como uno de los sectores geográficos con desniveles muy marcados en el proceso de distribución de vacunas y por ende de vacunación. Considero que la ciudadanía en América Latina, precisa cuidarse y e informarse por los medios oficiales; mientras paso a paso retomamos las actividades básicamente comerciales, turísticas y académicas.
En resumidas cuentas apreciados lectores, luego de dos años, la pandemia causó el fallecimiento de aproximadamente 6 millones de personas alrededor del mundo, aunque creo que las cifras reales pueden ser fácilmente el doble o el triple. En lo favorable, si cabe el término, podemos destacar que pudimos alcanzar a nivel mundial un hito sin precedentes en esta situación desarrollar en tiempo récord vacunas seguras, aunque los procesos de distribución se cumplieron de forma desigual y disfuncional.
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