La pandemia impuso un tiempo de reflexión que cambió la apreciación del bienestar laboral de los empleados (Getty)
La pandemia de coronavirus marcó un antes y después en las organizaciones, entre esos cambios, los liderazgos coercitivos e inflexibles quedaron atrás. El nuevo escenario, que exigió adaptación a todos los actores (líderes, empleados y colaboradores), impulsó las habilidades consideradas “blandas”: el trabajo en equipo, la flexibilidad y creatividad, la capacidad de resolución y la adaptación a nuevas situaciones.
Por Infobae
“Si hay algo que nos dio la pandemia es tiempo de reflexión, tiempo de quedarnos en casa pensando en lo que estaba sucediendo y en nosotros mismos, y ese espacio de reflexión empezó a cambiar la motivación, por qué queremos trabajar, qué nos gusta el trabajo y para qué trabajamos”, señaló a Infobae Andrés Hatum, profesor de Management y Organización en la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). Sus investigaciones se centran en la flexibilidad en las organizaciones, la gestión del talento y la creatividad organizacional.
En las organizaciones, como en el resto de las instituciones de la sociedad, la crisis sanitaria dejó una huella de transformación. Los líderes y los colaboradores no son los mismos que en marzo de 2020, los confinamientos, el trabajo remoto o híbrido y los protocolos de salud, impactaron en la forma que percibimos el mundo. “La pandemia puso patas para arriba todo, no solo hubo un cambio respecto a la motivación sino también respecto a la escala de valores de las personas: por qué queremos hacer lo que queremos hacer y tener una calidad de vida distintas”, resumió Hatum.
En este cambio de perspectiva, los liderazgos quedaron bajo la lupa. El profesor de la UTDT fue contundente: “La pandemia expuso a los malos jefes, los borró y creo que los va a seguir borrando de a poco. Ya se dieron muchos cambios en cuestiones de liderazgo en las organizaciones producto justamente la pandemia, que expuso a estos jefes espantosos que tenían características de brutos y cortoplacistas”.
El experto, quien además es autor del libro Infierno: Líderes y Organizaciones que Matan (Vergara, 2021), se explayó ante estos dos términos tan tajantes: “Brutos porque la pandemia mostró la necesidad de jefes que se den cuenta que es necesaria una píldora humanidad porque las personas que tienen que dirigir son personas vulnerables. Y a los cortoplacistas porque no pudieron anticipar nada a lo que venía ni lo que podía llegar a venir posteriormente”.
Para Hatum, este tipo de líderes negativos quedaron muy expuestos al liderar por zoom o videoconferencia, “son malos jefes que les gusta estar en la oficina controlando, pero dirigir y liderar a la distancia, generar confianza, eso es para otro tipo de personas”, señaló.
Los líderes que pudieron navegar y salir airosos de la pandemia fueron aquellos que no necesitan el cuerpo a cuerpo para desafiar, sino que pueden entender más cómo organizar y planificar sin la necesidad del uno a uno, a esas personas les resultó más fácil este nuevo tiempo en las organizaciones, según el experto de la UTDT.
Si bien, a más de dos años de la irrupción del coronavirus y la emergencia sanitaria, actualmente se aprecia una necesidad de mayor presencialidad en los profesiones y empleados en general, muchos tienes ganas de que estar en forma presencial pero no tanto. En palabras de Hatum, “hoy cuando alguien va a buscar trabajo, en la preselección una de las preguntas que el candidato hace es cuánto tiempo hay que estar en la oficina. Entre el 70 a 80 % quieren el trabajo híbrido: quieren ir a la oficina, pero a una oficina distinta, que sea un hub de colaboración>, un lugar de encuentro social y no un lugar que represente una cárcel corporativa”.
Las lecciones de la pandemia
¿Qué deben aprender de la pandemia los líderes de hoy o quienes quieran ocupar posiciones de liderazgo en el futuro? “Algo fundamental es la capacidad de adaptación, porque aprendimos que de un día para otro puede cambiar absolutamente todo. También la necesidad de reestructuración que va a darse en muchas compañías, que ya está sucediendo hace tiempo”, dijo Hatum.
Además, es y será fundamental la capacidad de liderar a través de lo virtual y lo híbrido. Los empleados que dejaron las organizaciones durante las restricciones sanitarias y que en los últimos meses empezaron a retomar a la presencialidad, ya no son los mismos. Esto se debe justamente al proceso de reflexión al que Hatum se refirió: “Cambió la idea de bienestar, hay expectativas distintas sobre por qué trabajo, cómo trabajo y qué jefe quiero tener”.
Estas tendencias se aprecian en todo el mundo, por ejemplo en “el fenómeno conocido como la Gran Renuncia en los Estados Unidos o los nativos digitales que no les interesa trabajar para una compañía sino para varias, estamos hablando de empleados con un nivel de paciencia mucho más corto, algo que en la población joven se nota mucho más”, concluyó Hatum.