Tegucigalpa – Las persistentes precipitaciones en el norte de Honduras han causado estragos significativos en diversas localidades, generando la evacuación de residentes y dejando comunidades enteras sumergidas bajo el agua.
La llegada prevista de una «bomba de agua» ha aumentado la preocupación en la región, ya afectada por el impacto del frente frío. En Omoa, la situación ha alcanzado proporciones críticas, con ríos desbordados y el peligro inminente de colapso del puente Bailey, un importante enlace para varias comunidades.
El alcalde Ricardo Alvarado ha instado a una respuesta rápida por parte de las autoridades, subrayando la necesidad urgente de asistencia para garantizar la seguridad y el bienestar de los habitantes locales.
Simultáneamente, en Roatán, las inundaciones provocadas por el desbordamiento del río Coxen Hole han generado serias dificultades para los residentes, mientras las autoridades del Cuerpo de Bomberos instan a la evacuación de las zonas de alto riesgo para prevenir tragedias adicionales.
A lo largo de la costa de Los Amates, en el municipio de Alianza, Valle, la situación sigue siendo crítica, con numerosas comunidades incomunicadas y un número significativo de familias evacuadas debido a las inundaciones.
El alcalde Faustino Manzanares ha destacado la vulnerabilidad de la región y la pérdida de recursos esenciales, como los materiales de pesca y los medios de sustento de las comunidades locales.
En vista de la persistente situación de emergencia, las autoridades locales continúan instando a una respuesta rápida y efectiva para mitigar los efectos devastadores de las inundaciones y garantizar la seguridad y el bienestar de los residentes afectados.