Tegucigalpa – La consejera del Consejo Nacional Electoral (CNE), Ana Paola Hall, expresó su firme rechazo a las acusaciones que la señalan como parte de una supuesta conspiración contra las Fuerzas Armadas de Honduras y particularmente contra el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández.
A través de su cuenta en la red social X, Hall manifestó su indignación por lo que considera un trato irrespetuoso hacia su condición de mujer y funcionaria pública. «¡No admito que me acusen de conspirar, ni que se nos trate sin el respeto que como mujeres y funcionarias todas merecemos!», escribió la consejera electoral, en clara referencia a las tensiones que han marcado los recientes acontecimientos en el organismo electoral.
Hall, quien ha mantenido un perfil institucional durante esta crisis, defendió su trayectoria profesional al señalar que «durante años ha trabajado en buscar puntos de consenso y unanimidad en el pleno del CNE», subrayando su compromiso con la construcción de acuerdos dentro del organismo electoral.
Sobre el polémico incidente del viernes, que culminó con la denuncia de agresión verbal presentada por la presidenta del CNE, Cossette López, contra el general Hernández, Hall aclaró que «no tiene problemas con la transparencia», pero precisó que la sesión programada tenía como único objetivo «la presentación de un informe ante el órgano electoral» y no estaba concebida como un espacio de confrontación.
La consejera lamentó que la reunión se transformara en «un debate improvisado que deja al órgano electoral en una situación injusta y desigual», sugiriendo que no existían las condiciones adecuadas para un intercambio equilibrado de posiciones entre las autoridades electorales y militares.
Las declaraciones de Hall adquieren particular relevancia en el contexto de las acusaciones formuladas ese mismo viernes por su colega, el consejero Marlon Ochoa, quien denunció la existencia de «una conspiración de parte del bipartidismo político con el fin de desprestigiar la imagen de las Fuerzas Armadas y el general Hernández», señalamientos que implícitamente podrían involucrar a sus compañeras del pleno.
Este pronunciamiento se suma a la creciente tensión institucional desatada cuando la presidenta del CNE, Cossette López, denunció haber sido «víctima de agresión verbal» por parte del jefe castrense, quien supuestamente le exigió «el retiro inmediato de una publicación» en su cuenta de red social donde sugería una presunta conspiración entre militares, un expresidente y una candidata presidencial para manipular informes relacionados con las irregularidades en las elecciones primarias.
La intervención pública de Hall revela las profundas divisiones existentes en el seno del máximo organismo electoral hondureño, evidenciando que las fricciones no se limitan a la relación entre el CNE y las Fuerzas Armadas, sino que también existen discrepancias significativas entre los propios consejeros respecto a su posicionamiento frente a esta crisis institucional.
Este clima de confrontación genera preocupación sobre la capacidad del organismo electoral para gestionar con imparcialidad y eficacia los próximos procesos electorales, particularmente las elecciones generales programadas para noviembre de 2025, consideradas cruciales para la estabilidad democrática del país centroamericano.