El presidente Joe Biden habla en el campus de la Casa Blanca, el 17 de junio de 2022, en Washington. La administración Biden está intensificando los esfuerzos para combatir la pesca ilegal por parte de China, ordenando a las agencias federales que se coordinen mejor entre ellas y con socios extranjeros en un intento por promover la explotación sostenible de los océanos del mundo. (Foto AP/Evan Vucci, archivo)
El gobierno de Joe Biden está intensificando los esfuerzos para combatir la pesca ilegal por parte de China, ordenando a las agencias federales que se coordinen mejor entre sí y con socios extranjeros en un intento por promover la explotación sostenible de los océanos del mundo.
Por BARRY HATTON y JOSHUA GOODMAN | The Associated Press
El lunes, la Casa Blanca publicó su primer memorando de Seguridad Nacional sobre la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, o INDNR, coincidiendo con el inicio de una Conferencia Oceánica de las Naciones Unidas en Lisboa, Portugal.
Casi el 11 % del total de las importaciones de productos del mar de EEUU en 2019, por un valor de 2400 millones de dólares, provino de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, según la Comisión de Comercio Internacional de EEUU, una agencia federal.
Si bien China no se nombra en el extenso marco de políticas, el lenguaje que contiene deja pocas dudas sobre su objetivo. El memorando seguramente irritará a Beijing en un momento de creciente competencia geopolítica entre los dos países. China es un procesador de productos del mar dominante y, a través de préstamos estatales y subsidios al combustible, ha construido la flota pesquera de aguas distantes más grande del mundo , con miles de fábricas de pescado flotantes repartidas por Asia, África y las Américas.
Específicamente, el memorando ordena a 21 departamentos y agencias federales que compartan mejor la información, coordinen acciones de cumplimiento como sanciones y restricciones de visa y promuevan las mejores prácticas entre los aliados internacionales.
También le seguirán en los próximos días nuevas reglas de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica que amplían la definición de pesca ilegal para incluir abusos laborales relacionados, un primer paso para la eventual inclusión en la lista negra de los estados del pabellón que no cumplen.
Los grupos conservacionistas elogiaron el esfuerzo, que se basa en el trabajo iniciado bajo la administración de Obama para limpiar las cadenas de suministro de productos del mar de EEUU.
“Los pescadores estadounidenses tienen que seguir muchas normas y reglamentos del gobierno de los Estados Unidos”, dijo Beth Lowell, vicepresidenta de Oceana, una organización sin fines de lucro con sede en Washington. “Al tomar medidas contra otros países como China que tienen un historial laboral y ambiental deficiente, se nivela el campo de juego y eso beneficia a los pescadores legales de todo el mundo”.
El plan de acción también exige la expansión del programa de monitoreo de importaciones de productos del mar de EEUU, que requiere que los importadores proporcionen documentación desde el punto de captura para garantizar que los peces capturados ilegalmente no ingresen a EEUU. Actualmente, el programa solo cubre alrededor de una docena de especies. Grupos como Oceana han estado presionando para que el programa cubra todas las importaciones.
“Hasta que Estados Unidos mantenga todas las importaciones de productos del mar con los mismos estándares que el pescado capturado en Estados Unidos, los productos del mar de origen ilegal se seguirán vendiendo junto con la captura legal”, dijo Lowell.
El plan de acción tampoco proporciona ningún recurso adicional para hacer cumplir las leyes que ya están en los libros.
“La lucha contra la pesca INDNR requiere muchos recursos”, dijo Evan Bloom, exfuncionario del Departamento de Estado que negoció varios acuerdos internacionales de pesca y que ahora es miembro principal del Centro Wilson en Washington. “Si EEUU realmente hace más puede depender de si la NOAA destina más fondos a los esfuerzos de cumplimiento, la recopilación de información y las inspecciones”.
En Lisboa, donde funcionarios y científicos de más de 120 países asistieron a la conferencia de cinco días, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, criticó a algunos países, que no identificó, por velar por sus propios intereses económicos en lugar de las necesidades de los demás. planeta entero.
“Las aguas internacionales son nuestras”, insistió Guterres refiriéndose a todos los habitantes del planeta.
La ONU espera que la conferencia brinde un nuevo impulso a los esfuerzos prolongados para un acuerdo oceánico global que cubra los esfuerzos de conservación en alta mar. Los océanos cubren alrededor del 70% de la superficie terrestre y proporcionan alimentos y medios de subsistencia a miles de millones de personas. Algunos activistas se refieren a ellos como el área no regulada más grande del planeta.
El conocido como Tratado de Alta Mar se está negociando en el marco de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, el principal acuerdo internacional que rige las actividades marítimas.
Sin embargo, después de 10 años de conversaciones sobre el tratado, hace apenas tres meses, todavía no se vislumbra un acuerdo. Una quinta ronda está programada para agosto en Nueva York.
“El ecosistema más grande del mundo… todavía está desprotegido y está muriendo mientras lo observamos”, dijo el grupo activista Ocean Rebellion.
Guterres dijo que se ha logrado un “progreso significativo” hacia un acuerdo sobre un tratado de alta mar y que el mundo se encuentra en “un momento crucial” para el futuro de los océanos.
“Necesitamos que la gente presione a los que deciden”, dijo Guterres, apelando a que la gente levante la voz y sea escuchada.
Las amenazas para los océanos incluyen el calentamiento y la acidificación de la contaminación por carbono, la contaminación masiva de plásticos y otros problemas, dice la ONU. La minería en aguas profundas potencialmente dañina también carece de reglas.
También se espera que la conferencia reafirme y se base en los 62 compromisos asumidos por los gobiernos en la cumbre anterior en Nairobi, Kenia, en 2018, desde la protección de los pequeños estados insulares con economías basadas en el océano hasta la pesca sostenible y la lucha contra el calentamiento de las aguas.
Al margen del evento, Jeff Bezos, el fundador de Amazon, anunció 50 millones de dólares en nuevas subvenciones para ayudar a cumplir el objetivo de proteger el 30 % de la tierra y el mar del planeta para 2030. Actualmente, menos del 8 % del océano está dividido en zonas como áreas marinas protegidas.
Más de la mitad del dinero donado por Bezos Earth Fun apoyará a organizaciones que trabajan en Colombia, Costa Rica, Ecuador y Panamá en el fortalecimiento del Corredor Marino Tropical Oriental. Los cuatro países se unieron en la conferencia de Cambio Climático de la ONU del año pasado para anunciar la creación de un área marina protegida del tamaño de España que contiene puntos críticos ambientales como las Islas Galápagos.
