San Pedro Sula. – Los cacos ya ni los templos respetan tal como ocurrió en las últimas horas en una iglesia católica de Puerto Cortés, norte de Honduras, donde los feligreses fueron asaltados por un facineroso.
En ese sentido, los creyentes que asistieron a la iglesia católica La Milagrosa del Barrio San Isidro en Puerto Cortés, fueron víctimas de la criminalidad que impera en el país.
El hecho ocurrió en horas de la noche del lunes, cuando un sujeto fuertemente armado ingresó al templo e interrumpió la Reunión de Consejo Comunitario en la que participan alrededor de 25 personas.
Ante la amenaza con el arma de fuego, con la que apuntó al padre Ángel Echaide, los ciudadanos no tuvieron otra opción que entregar sus pertenencias.
Documentación, teléfonos celulares e incluso llaves de vehículos, fueron arrebatadas por el maleante. Los afectados interpusieron la renuncia ante las autoridades competentes.