Tegucigalpa. – El arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Óscar Rodríguez, sugirió durante la homilía dominical oficiada en la Basílica Menor de Suyapa que “aunque recibamos la vacuna contra el Covid-19 hay que cumplir con las medidas de bioseguridad para no volver atrás”.
El conductor de la grey católica relató que “me decía un señor: llevamos más de un año en esta pandemia, ya no aguanto esta mascarilla, cuánto tiempo más, Dios lo sabe, mientras tanto, nosotros debemos colaborar”.
“Qué triste, un país de nuestra América Latina que ya está vacunado casi en su totalidad, ha tenido que volver atrás, porque pensando que ya estaban vacunados dijeron que no necesitaban las medidas de bioseguridad”, sostuvo.
En ese sentido, señaló que “aunque podamos recibir esas vacunas, ojalá sea muy pronto, tenemos que seguir adelante cumpliendo la bioseguridad, pues Él sabe cuándo esta cosecha va a dar su fruto”.
Por otra parte, refirió que “los obispos de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH) hemos ofrecido un mensaje para la reflexión de cada uno de nosotros en la actividad política que se avecina”.
“Siempre, aquellos que rechazan el evangelio tienen listos las espadas y los puñales de la crítica para no recibir el mensaje”, afirmó tras señalar que “otros dicen, ¿y qué pueden hacer los obispos, los sacerdotes o la iglesia para cambiar esta sociedad que no quiere cambiar, que quiere seguir en lo mismo?”.
“No obstante, el evangelio nos dice que, aunque sea una pequeña semilla de mostaza dará fruto. Algunos pueden decir que voy a hacer yo, pues ahí en la carta les señalamos la manera de poder cambiar nuestra sociedad”, acotó.
Sugirió que “la manera de cambiar la sociedad es votar a conciencia, eso es recibir la pequeña semillita para que pueda dar fruto. Hoy este domingo, siguiendo esta palabra de Dios podemos decirle al Señor, tú que sigues sembrando semillas de paz en nosotros, concédenos ser colaboradores en tu obra de humanización de este mundo”.
El purpurado aseguró que “nunca perdamos esa fe, esa esperanza que no solo los seres humanos y los poderosos, ni el G-7 que dirigen el mundo lo pueden hacer, es el amor de Dios que nos quiere llevar por el camino del bien”.
