Decenas de campesinos hondureños marcaron este viernes el inicio de la Semana Santa en su país con su llegada a los templos católicos de varias ciudades cargados con mazos de palmas para que sean bendecidas el Domingo de Ramos.
En el caso de Tegucigalpa, la capital, la mayor concentración de campesinos se registra en el atrio de la catedral metropolitana y de la iglesia Medalla Milagrosa.
Tras instalarse en el atrio de la catedral de Tegucigalpa, los campesinos, en su mayoría mujeres y niños, comienzan a elaborar manualmente ramos y cruces con tiras verdes de una especie de palma que es común en Honduras.
María Sierra, una de las vendedoras que hoy llegó a Tegucigalpa, indicó a EFE que le acompañan varios familiares y que “primero Dios” pueda vender todo el producto.
“Acá andamos luchando porque somos pobres, queremos vender estas cositas (ramos y cruces) para comer”, subrayó Sierra, quien dijo que procede del municipio de Sabanagrande, al sur del departamento central de Francisco Morazán.
Sierra señaló que hoy y mañana dormirán en el atrio de la catedral y que regresarán a su comunidad el domingo después de la misa, porque son creyentes.
La campesina, de 55 años, pidió a la presidenta hondureña, Xiomara Castro, que les envié “comida y café” e invitó a los creyentes católicos a comprar los arreglos hechos por ellos.
Una vieja tradición
Los ramos y otras figuras como cruces son elaborados de una palma conocida como “coyol”, y los campesinos las ofrecen a diez lempiras (40 centavos de dólar) para que sean bendecidos en la misa del domingo, con la que se conmemora la entrada de Jesús en Jerusalén, explicaron los vendedores.
Otra campesina, Marco Isidro García, originaria del municipio de Alubarén, también al sur de Francisco Morazán, dijo a EFE que ella viene a la catedral a vender ramos desde hace más de una década, y que este año no ha sido la excepción, aunque aseguró que la venta es poca hasta ahora.
“Vengo a vender mis ramitos” desde hace más de diez años, indicó García, de 85 años, quien llegó a Tegucigalpa acompañada de dos nietas.
Al igual que García, muchos campesinos llegan provistos de alimentos, agua y sábanas para abastecerse durante su estancia de hasta tres días.
La actividad de los labriegos es una vieja tradición en el país centroamericano y la mayoría de ellos proceden de comunidades cercanas como Reitoca, Alubarén, Curarén y Sabanagrande, entre otros.
La celebración de la Semana Santa en Honduras incluye además la confección de hermosas alfombras con motivos cristianos a base de serrín, que adornan las principales calles por donde pasan las procesiones del Domingo de Ramos, y el Jueves y Viernes santos.
Según estimaciones de las autoridades de Turismo, alrededor de dos millones de personas se desplazarán en Honduras durante el descanso de la Semana Santa, que para la empresa privada comenzará el miércoles.
Por lo general, los sitios más concurridos por los turistas son las playas, con mayor afluencia las del Caribe, donde el país dispone de más de 700 kilómetros.
Para promover el turismo interno, el Gobierno que preside Xiomara Castro ha concedido asueto durante toda la Semana Santa a los empleados públicos, mientras las autoridades coordinan una operación de seguridad para evitar accidentes de tráfico durante las vacaciones. EFE