Tegucigalpa – El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Honduras ha decidido cancelar la personería jurídica de cinco partidos políticos, impidiéndoles participar en las elecciones del próximo año. Los partidos afectados son Unificación Democrática (UD), Frente Amplio, Vamos, Partido Nueva Ruta de Honduras, y Liberación Democrática de Honduras (Lider).
La decisión fue tomada con una votación de dos a uno por los magistrados del CNE, con Julio Navarro y Ana Paola Hall votando a favor de la cancelación, y Kelvin Aguirre en contra. Esta medida ha generado fuertes reacciones entre los líderes de los partidos eliminados, quienes acusan al ente electoral de actuar de manera arbitraria.
Alfonso Díaz Narváez, presidente del partido Unificación Democrática, expresó su descontento, afirmando que la resolución aún no ha sido entregada formalmente a los partidos afectados. «Han actuado de forma arbitraria, hemos cumplido con todas las acciones requeridas en tiempo y forma, pero aún así nos quitaron la personería jurídica», criticó Díaz Narváez. Además, señaló que el CNE, al igual que otros órganos de justicia, está «secuestrado» y que sus decisiones están diseñadas para beneficiar a los partidos grandes, debilitando a las fuerzas políticas más pequeñas.
Por su parte, Andrés Pavón, presidente del Frente Amplio, indicó que ya esperaban una resolución desfavorable por parte del CNE. Pavón advirtió que esta decisión pone en riesgo a otros partidos políticos, incluso a aquellos que forman alianzas estratégicas, sugiriendo que el Partido Nacional también podría enfrentar consecuencias similares en el futuro.
Pavón también se refirió a la falta de apoyo por parte de Alianza Patriótica, señalando que la recusación contra Julio Navarro, que buscaba su sustitución por German Lobo en la votación, no prosperó, lo que resultó en la eliminación de los cinco partidos.
La decisión del CNE marca un importante giro en el panorama político hondureño de cara a las elecciones de 2025, limitando la participación a los partidos más grandes y generando preocupación entre las fuerzas políticas menores que ven esta medida como una maniobra para consolidar el poder de los partidos dominantes.