Tegucigalpa – Colombia exige a Estados Unidos un trato digno para los migrantes colombianos y desautoriza la entrada de aviones norteamericanos que transportan migrantes al país, instando a EE. UU. a establecer protocolos respetuosos antes de su aceptación.
En un giro significativo en las relaciones diplomáticas hemisféricas, el gobierno colombiano ha tomado una postura firme ante la política de deportaciones masivas de Estados Unidos, desencadenando una serie de medidas y contrarrespuestas entre ambas naciones.
La Presidencia de Colombia anunció este domingo que el presidente Gustavo Petro ha puesto a disposición el avión presidencial para garantizar un «retorno digno» de los connacionales, tras impedir el aterrizaje de dos aeronaves estadounidenses con deportados. «De ninguna manera los colombianos, como patriotas y sujetos de derechos, han sido ni serán desterrados del territorio colombiano», enfatizó el comunicado oficial.
La decisión provocó una inmediata reacción de Washington, con el presidente estadounidense anunciando la imposición de aranceles del 25% a productos colombianos, junto con otras «medidas de represalia urgentes y decisivas».
Llamado a la unidad regional
Ante la escalada de tensiones, Petro ha convocado una reunión extraordinaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para el 30 de enero. El encuentro busca abordar la crisis migratoria regional y fortalecer la cooperación entre países miembros.
«Si no nos quieren en el norte, el sur debe unirse», declaró Petro a través de su cuenta en X, mientras enfatizaba la necesidad de replantear las políticas regionales sobre drogas, señalando que «un millón de latinoamericanos han caído asesinados por la prohibición contra la cocaína y la marihuana».
Contexto regional
La crisis se desarrolla en medio de crecientes tensiones migratorias en el hemisferio. Brasil denunció recientemente el uso de esposas en vuelos de deportación, mientras Guatemala ya ha recibido los primeros vuelos con deportados desde Texas.
Colombia, que asumirá la presidencia pro témpore de la CELAC este año, también será sede de la IV Cumbre CELAC-UE en Bogotá durante el segundo semestre, donde se reunirán 60 jefes de Estado y de Gobierno de ambas regiones, en un momento crucial para las relaciones internacionales del hemisferio.
